"Dos grandes fotógrafos, que con sus imágenes nos muestran realidades diferentes, opuestas, lo bello y lo trágico, de un mismo mundo"

Hace dos semanas les recomendaba ver exposiciones de fotografía dentro del programa “MIRADAS” que se está desarrollando estos días en diferentes espacios culturales de Albacete

Hoy también quiero hablar algo de fotografía pero desde una perspectiva diferente y es sobre las personas que se encuentran detrás de la cámara.

En todas las culturas siempre se ha tenido en cuenta una dualidad lo bueno y lo malo. En la filosofía china, por ejemplo, el yin y el yang son dos conceptos que son usados para representar o referirse a las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias y que esta filosofía atribuye a todo lo existente en el universo y así es el calor y el frío, el día y la noche, la salud y la enfermedad, etc.. También en todas las religiones se contempla la dualidad del bien y del mal.

Esta semana dos grandes fotógrafos albaceteños han salido a la palestra de la información cultural y social, Julián Fernández Quílez de Isso, Hellín, y Samuel Nacar Puentes, que aunque nació en Barcelona, hijo de una albaceteña, y que ha vivido desde los 8 años en nuestra ciudad hasta que se fue hacer mundo por su profesión de foto periodista.

Y se preguntarán que tiene que ver el bien y el mal con estos dos fotógrafos, pues la respuesta es muy sencilla cuando conoces y ves sus obras. Uno lo bello y otro lo trágico.

Julián fotografía la naturaleza y hace ella un arte, muestra la belleza que nos rodea con gusto y sensibilidad excepcionales con un lenguaje visual que yo me atrevo a decir que es poético. Todas sus fotografías son de una belleza que te hace reflexionar sobre las maravillas que debemos proteger. Sus fotos son conocidas y reconocidas en los más prestigiosos concursos y certámenes internacionales, que ahora sería muy largo relatar, de Francia, Bélgica, Inglaterra y, como no, España.

Samuel es fotógrafo documental. Aunque muy joven lleva ya años trabajando cubriendo las rutas migratorias hacía Europa. Ha trabajado como freelance para El País, la Deustche Welle, TRT y otros medios como National

Geographic. Ganó la beca Joana Biérnes con su proyecto “Cartas a Mariví” sobre la desindustrialización y despoblación de España y el Premio al Mejor Proyecto en nuestro festival Abycine pero este año ha ganado uno de los premios del concurso más prestigioso del mundo El World Press Photo 2025 con un reportaje “Las sombras ya tienen nombre” sobre los supervivientes de las cárceles sirias.

Las fotografías de Samuel son de realidades duras y dolorosas que nos muestran lo que los seres humanos somos capaces de hacer de mal pero también de bien. Él no solo es testigo de lo que ve si no que a través de su cámara lo da a conocer al mundo y por ello ha sido merecedor también del Reconocimiento Solidario que cada año concede la Comisión 0'7 de Albacete a personas que dedican su trabajo a una causa solidaria y que le fue entregado este martes pasado 21 de mayo.

Dos grandes fotógrafos, dos grandes personas, que con sus imágenes nos muestran realidades diferentes, opuestas, lo bello y lo trágico, pero de un mismo mundo. Felicidades a los dos.