Pequeñas alegrías

Toledo (Toledo)

Este fin de semana, he hecho el temido cambio de armario, supongo que no he sido la única. Además de encontrarme con prendas que no recordaba que tenía, al revisar bolsillos y colocar, de paso, los bolsos, han aparecido pintalabios, ha aparecido dinero y unas llaves.

Cosas que buscamos todos una y otra vez, que no somos capaces de localizar, y de repente, aparecen. Es algo completamente inesperado, pero que alegría produce cuando aparece un billete en un bolso o en el bolsillo de una chaqueta. Recuerdo que un amigo mío le pasó algo parecido al hacer una mudanza, pero en este caso fue un billete de 2000 pesetas, lo enmarcó de recuerdo.

O cuando de repente enciendes la radio o entras al coche, y suena una canción que te encantaba pero hace años que no escuchas, te esperas incluso parado para escucharla. Es una alegría inesperada, una recarga de positividad para seguir con el día. A veces conecto el teléfono, y vuelvo a escuchar esa canción en Spotify.

Otras veces, teníamos un plan pendiente, habíamos quedado con alguien y lo cancelamos, no sabemos muy bien como sentirnos por cancelar ese plan, hasta que la otra persona nos dice que menos mal que al final no vamos a no se dónde. Nosotros le contamos como nos sentimos, y al final acabamos riéndonos y sintiéndonos tontos por no haberlo comentado antes, ¡qué alivio que pensemos igual y no nos hayamos enfadado!.

Y cuando vamos conduciendo, llevamos un rato malo debido al tráfico, ya estamos un poco malhumorados y de repente, pasamos por una avenida con todos los semáforos en verde. En cuando me bajo del coche, se lo comento a todo el que me encuentro. Qué cosa más simple, y que alegría sentimos cuando ocurre, supongo que será cuestión de suerte.

Son pequeñas cosas que nos reconcilian con la vida si tenemos un mal día, actos muy simples que nos hacen sonreír por simple que sea la casualidad, la sorpresa. Se dibuja una sonrisa rápidamente y nos invade la alegría.