"La situación de las personas temporeras requiere de una atención integral y coordinada, que aborde las condiciones laborales y las necesidades sociales, de vivienda y culturales"

Ya he hablado de las personas temporeras en otras ocasiones y otros también siguen hablando de ellas, más que repetitivo lo que resulta reiterativo es la vulneración de derechos básicos. Y eso no nos puede dejar de preocupar, pero principalmente de ocupar.

En 2020 el defensor del pueblo realizó un llamamiento a todas las administraciones, a los empresarios agrícolas y a las organizaciones agrarias para que buscarán de “forma coordinada y con urgencia” una solución para acabar con la situación de degradación en la que viven las trabajadoras y los trabajadores temporeros agrícolas en diversas zonas de la geografía española, pidiendo que se garanticen sus derechos laborales y unas condiciones de habitabilidad dignas.

La situación de las personas temporeras en España, especialmente en el sector agrícola, presenta diversos desafíos. Si bien la labor de estos trabajadores es crucial para la producción, a menudo se enfrentan a condiciones laborales difíciles, problemas de acceso a la vivienda y dificultades para integrar su cultura en un nuevo entorno.

A pesar de la importancia de su labor, las personas temporeras a menudo se encuentran también con barreras para acceder a la seguridad social, la atención médica y otros derechos básicos.

Cuando hablamos con las personas temporeras y les preguntamos cuáles son sus sueños, nos hablan de estabilidad laboral, de un salario digno, de poder descansar en un espacio limpio sin pasar mucho frío o un calor infernal, de poder cocinar y alimentarse, de poder asearse y compartir con otras personas, de poder ayudar a sus familias, poder visitarlas y hablar con ellas, de poder sonreír en un parque, soñar con una vida mejor y no considerarse un “ciudadano de segunda”…

…Sus sueños, me parece, que son iguales a los nuestros, pero lo cierto es que nuestros derechos no parecen ser los suyos…

Nuestra ciudad necesita un atisbo de esperanza sincero. Desde todas las organizaciones que visitamos los asentamientos, y que conocemos y denunciamos su situación año tras año, esperamos que por fin sea una realidad una mesa de trabajo interinstitucional con una solución dialogada, y que concluya en la creación de un albergue en condiciones para las más de 400 personas temporeras que llegan a nuestra ciudad para trabajar en el campo. Una mesa de trabajo que ponga en el centro a las personas y sus derechos y donde se demuestre la voluntad política y un compromiso por parte de todas y todos.

Para esta campaña agrícola, un años más y como ha sido durante estos últimos 20 años, llegamos tarde y sin un plan de acción integrado. Ha llegado el momento de que todos los agentes implicados nos pongamos manos a la obra y que esto no vuelva a suceder un año más.

En definitiva, la situación de las personas temporeras en Albacete y en España requiere de una atención integral y coordinada, que aborde tanto las condiciones laborales como las necesidades sociales, de vivienda y culturales de este grupo, que es vulnerable cuando no debería serlo.

La colaboración entre todas las partes implicadas es crucial para garantizar que los trabajadores temporales puedan desempeñar su labor en condiciones dignas y puedan acceder a todos sus derechos no solo porque contribuyen al desarrollo del sector agrario español sino porque son sujetos de derecho en sí mismos, como lo somos todos los seres humanos.

No olvidemos que nuestros derechos son los suyos.