Plantas únicas y paisajes diversos: así es la guía con todas las flores de Cuenca

Cuenca

La provincia de Cuenca es tierra de contrastes, de hoces que cortan la roca, de pueblos con encanto y de una biodiversidad que sorprende a quien se detiene a mirar. Pero no solo su fauna o sus paisajes majestuosos captan la atención: también las plantas que brotan en sus rincones más recónditos son testigos silenciosos del pasado y del presente de este territorio. Ahora, esa riqueza vegetal se ha reunido en un libro único: el Catálogo Florístico de Cuenca, una obra que documenta más de 2.500 especies de plantas que habitan la provincia.

Óscar García Cardo, uno de los tres autores junto a Gonzalo Mateo Sanz y Juan Manuel Martínez Labarga, explica que este proyecto “viene de muchos años de trabajo, de manera personal y casi vocacional”.

Cada uno de ellos ha dedicado décadas a estudiar la flora conquense, muchos desde sus propias tesis doctorales. “En mi caso, llevo desde finales de los 90, cuando hice mi proyecto fin de carrera en la provincia. Gonzalo empezó incluso antes, en los años 80, y Juan Manuel también ha aportado muchísimo con sus investigaciones en la cabecera del Tajo”, detalla García Cardo.

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Una diversidad poco común

Puede sorprender que en una provincia del interior de la península se concentren tantas especies distintas. Pero hay una explicación. “Cuenca, como parte del Sistema Ibérico, ha sido históricamente una especie de autovía natural para muchas especies vegetales”, señala el investigador. Con los cambios climáticos que ha vivido la península a lo largo de milenios, las plantas han ido y venido, dejando huella en este entorno tan diverso.

“Tenemos especies mediterráneas, atlánticas, eurosiberianas, incluso algunas de origen norteafricano. Y todo eso se suma a la variedad de suelos, calizos, silíceos, yesares, y altitudes, desde la llanura manchega hasta las zonas de media montaña”, explica García. Esta mezcla ha generado un mosaico vegetal que no se da en muchos otros lugares.

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Rincones con alma vegetal

Durante años, los autores han recorrido la provincia de punta a punta. Algunos lugares les han impresionado por su riqueza botánica, como la zona de Uña.

“Allí, en apenas 100 hectáreas, encontramos más de mil especies diferentes. Es un dato asombroso”, recuerda García Cardo. Pero también han tenido experiencias en el extremo opuesto, en zonas muy transformadas por la agricultura intensiva. “En algunas cuadrículas de 10 por 10 kilómetros nos costaba encontrar siquiera un pequeño lindero donde hacer un inventario vegetal”.

Este contraste muestra la necesidad de proteger los paisajes que aún conservan su diversidad natural y de entender que incluso las plantas más discretas tienen mucho que contar.

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Dos nuevas especies

Uno de los datos más sorprendentes que recoge este catálogo es el descubrimiento reciente de dos especies nuevas para la ciencia, descritas en 2023: Armeria montibérica y Arenaria terramortensis. “La primera aparece en zonas de lapiaz como la Ciudad Encantada, y la segunda es exclusiva de una zona muy concreta de la Tierra Muerta, en suelos ricos en aluminio. Es muy probable que no se encuentre fuera de la provincia”, afirma el autor. Un hallazgo que, aunque pasó desapercibido en los medios, tiene una gran importancia científica.

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Un libro para científicos y paseantes curiosos

El Catálogo Florístico de Cuenca no es solo una obra científica. También es un homenaje a la belleza de las plantas, pensado para todos los públicos. Con más de 1.100 fotografías y numerosos mapas, permite visualizar cómo se distribuyen las especies más representativas de la provincia. “Hemos intentado que sea accesible, aunque sin perder el rigor”, explica García.

Un buen ejemplo de su contenido es la ficha de Ranunculus falcatus, una planta que apenas sobrevive en cultivos sin herbicidas. “Antes era muy común en los campos de cereal. Hoy es rarísima. Es una planta pequeña, de la familia de las ranunculáceas, y su fruto recuerda a una falcata, la espada curva ibérica”, comenta.

Más allá de las descripciones, lo que los autores quieren transmitir es la capacidad de asombro ante lo cotidiano. “Salir al campo con este libro es como ponerse unas gafas nuevas. Ya no solo caminas, sino que entiendes lo que ves, y eso transforma la experiencia”, dice Óscar García. “Cada planta te da pistas sobre el clima, el tipo de suelo, la historia del lugar. Te habla, si sabes escucharla”.

Y para quien quiera empezar a mirar de otra forma su entorno, el libro se presenta este jueves 5 de junio a las siete de la tarde en la Biblioteca Pública Fermín Caballero de Cuenca.