Anfibios ibéricos

Nómada del viento: Anfíbios ibéricos (17/06/2025)
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Toledo (Toledo)
Vamos a dar un repaso a los anfibios que tenemos en la península Ibérica. En primer lugar, indicar que los anfibios son un grupo de vertebrados caracterizados por poseer una fase de vida acuática (renacuajos) durante la cual respiran a través de branquias, tras la cual en la mayoría de las especies se produce una metamorfosis que da paso a la fase adulta, menos dependiente del medio acuático y en general con predominio de la respiración pulmonar y cutánea. Si, ¡los anfibios son capaces de respirar a través de la piel húmeda! Es gracias a este ciclo de vida repartido entre dos medios, y a su sensibilidad ante contaminantes que son considerados buenos bioindicadores. De hecho, el nombre de anfibios viene de las palabras griegas amphí (ambos) y bíos (vida), es decir, que significa “ambas vidas” o “en ambos medios”. Los anfibios se les considera los primeros vertebrados que conquistaron la tierra hace unos 300 millones de años, adaptándose a la vida en ambos medios: el agua y la tierra firme. La mayoría de los anfibios se reproducen por huevos fecundados externamente que deben ser depositados en el agua (no sobreviven si no es así), aunque hay algunas especies de salamandras que no lo hacen así, sino que paren crías vivas directamente en el agua.
De las aproximadamente 7500 especies de anfibios del mundo estimadas, en la península Ibérica contamos con 32 especies de anfibios nativos que se englobarían 21 especies dentro del orden Anura (sapos y ranas) y 11 en el orden Caudata (salamandras y tritones). Los anuros están provistos de miembros desiguales y carecen de cola en el estado adulto, presentando, como adaptación al salto, una columna vertebral reducida y rígida llamada urostilo. Durante la etapa larvaria atraviesan por un estado pisciforme (renacuajos). Los anuros presentan una dieta carnívora, como la gran mayoría de anfibios en etapa adulta (siendo por lo general herbívoros en estado larvario), alimentándose de insectos, arácnidos, gusanos o caracoles.
Casi todos viven en charcas y ríos, pero algunos son arborícolas y otros habitan en zonas desérticas siendo activos solo durante la época de lluvias. Por otra parte, los caudados (salamandras o tritones) están provistos de miembros iguales y de una cola. Los adultos se parecen bastante a los renacuajos, las únicas diferencias son la presencia de pulmones en lugar de las branquias y la posibilidad de reproducirse y poder vivir fuera del agua. En ella se mueven con soltura gracias a los movimientos laterales de la cola. Fuera de ella utilizan las cuatro patas para andar.
De estas especies, el 62,5% se encuentran amenazadas y enfrentándose a una regresión generalizada en sus poblaciones. Los anfibios enfrentan una serie de amenazas como son la pérdida de hábitat, el cambio climático, las enfermedades, las especies invasoras o la contaminación. Las enfermedades, como la quitridiomicosis (causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis), están devastando las poblaciones de anfibios en todo el mundo.
Este hongo afecta la piel de los anfibios, dificultando su respiración y absorción de humedad, lo que los debilita y hace más susceptibles a otras amenazas. La introducción de especies no nativas, como peces depredadores u otras especies, les afecta a través de la competencia por recursos, la depredación, y la transmisión de enfermedades. Por último, la contaminación de los cuerpos de agua con pesticidas, fertilizantes, herbicidas y aguas residuales puede afectar la salud de los anfibios y su capacidad para reproducirse.
Una especie, un espacio
Esta semana os traemos el sonido del Sapo corredor (Epidalea calamita) que se encuentra en una amplia variedad de hábitats, siendo capaz de sobrevivir en zonas bastante secas siempre que disponga al menos de alguna charca para reproducirse. De hecho, es uno de los anfibios más comunes en gran parte de su área de distribución. Los adultos miden unos 6 cm de longitud.
Se distingue del sapo común por una línea amarilla o verde claro longitudinal en la mitad de la espalda. Tiene un cuerpo rechoncho y muy verrugoso con glándulas parotídeas paralelas. Tienen patas relativamente largas que le dan su distintivo andar en contraste con los movimientos de salto de muchas otras especies de sapos.
Como espacio os recomiendo una visita a otro de los Parques Naturales de Castilla La Mancha: el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, que ya comenté en otras fechas. En un buen momento con tanto calor acercarse a este espacio que es único en Europa. Las lagunas son los rebosaderos naturales del acuífero 24 en medio de un paisaje krástico formado por la disolución del agua en las rocas de calizas, yesos y dolomías.
Existe una aplicación del móvil para informarse sobre este espacio y organizar la visita (“Lagunas de Ruidera”). Tenemos dos centros de interpretación en Ruidera y Ossa de Montiel que merece la pena visitar al llegar.




