Corpus para todos

Toledo (Toledo)

Buenos días, Carlos. Buenos días, oyentes.

Semana Grande se llama ahora, aunque todos sabemos que lo grande, grande se reserva para el Casco Histórico mañana miércoles, a modo de víspera, y para este jueves que relucirá seguro más que el sol en nuestra mundialmente aclamada procesión. Vamos, que ya está aquí el Corpus, oiga.

Sé que Toledo no es muy de innovar, pero me parece feo que el resto de la ciudad no pueda disfrutar también de una ocasión como está y que se digan, de cada barrio, de cada calle, de cada rincón, las acostumbradas frases que cada año nos acompañan; que si luce como nunca, que si se muestra en todo su esplendor, que si asombra al mundo entero, etc, etc. Así que desde aquí, le regalo al Ayuntamiento la modesta idea de que todos los barrios de la ciudad roten anualmente para ser el escenario de esta maravillosa oportunidad de guapura urbana, comunión de muchedumbres y ambiente sin igual.

Cada año, un barrio de Toledo sería el privilegiado depositario de los principales eventos que nutren nuestra Semana Grande sin excluir, estaría bueno, la procesión de la custodia por sus atomilladas calles. Las vecinas y vecinos de cada distrito estarán encantados de disfrutar ese honor y cada año se celebraría con gozo y devoción la elección del barrio elegido; cada año uno, por supuesto; por orden de antigüedad, alfabético, por número de habitantes, por pisos turísticos por metro cuadrado, por número de obras pendientes.... no sé, ya veremos el criterio.

Yo, ya lo visualizo en el Polígono, en la calle Alberche; recta, larga, ancha y llana como ninguna, maravillosamente entoldada, acogiendo la sagrada procesión para regocijo y disfrute de sus vecinos, con parada, eso sí, en el Paseo García Lorca para la Santa Misa y el aplaudido desfile final por el recorrido de la línea 6.1.

O el Paseo de la Rosa, en Santa Bárbara, con el añadido de ver la custodia bordear cimbreante cada una de las rotondas mientras la guardia civil hace sonar sus cornetas y tambores sobre sus blancos caballos en paralelo a la llegada del AVE Toledo-Madrid que, puestos a ello, podría recoger a las decenas de festivos y dicharacheros invitados de la Delegación de Gobierno que este año no tienen espacio para alternar devoción y canapés.

O, porqué no, la Reconquista y Santa Teresa; ya puedo ver la noche del miércoles: la inauguración de la carrera procesional, parada de la corporación en las cervecerías y cántico del himno a la ciudad en cualquier parcela de Vega Baja.

O quizá Palomarejos, con sus estrechas calles engalanadas con faroles, panoplias y bordados llevando casi en andas a Cofradías y Hermandades para desembocar en el Parque de Bruselas, al lado de las antiguas urgencias, donde les recibirían esplendorosos, los seculares tapices colgados del abandonado edificio del Hospital Virgen de la Salud.

Azucaica, si no les parece mal, lo reservamos para dentro de un par de años, cuando, según dicen, ya estará abierto el deseado puente que la une con Polígono y ya puedo imaginar el momentazo histórico de unir ambos barrios con nuestra más querida procesión.

Y que no se enfade el resto: San Antón, La Legua-Valparaíso, Buenavista, La Cava, etc que también tendrían su momento; Corpus para todos, sería el lema.

A ver, que igual no me he explicado bien y alguno de ustedes pudiera interpretar que no me gusta el Corpus o que, como residente del Casco, me agobia un poco el abrumador despliegue ornamental o me incomoda la agobiante concentración humana de estos días que casi, casi (sólo casi) imposibilita una vida medio normal para los vecinos. Que no, que no, que yo lo digo por compartir, faltaría más. Es por eso.

Hasta el martes que viene. Besos.

Javi Mateo.