Los teléfonos en los conciertos: la "moda" de vivirlos tras una pequeña pantalla

Toledo (Toledo)

En los últimos años, da igual el tipo de evento que sea, vemos un mar de móviles grabando o haciendo fotos. Empieza el concierto, se apagan las luces, y en lugar de dar saltos de emoción, bailar o cantar a grito pelado, aparecen un montón de pantallas iluminadas, la gente colocándose para grabar porque parece ser, que si no grabas el evento y publicas como prueba para que todo el mundo sepa que has estado allí, no cuenta como asistencia al evento.

Pero, ¿realmente estamos disfrutando de la experiencia?. Yo siempre me quedo con el teléfono guardado, me molesta los que graban y acaban poniéndote el teléfono delante para hacer un mejor plano. Antes saltabas y cantabas, te hacías amiga de las personas que tenías al lado, ahora no. Después de grabar, toca editar, preparar filtro y hastag, para subir las historias, que probablemente, tarden, porque se ralentice el proceso al no haber buena cobertura.

Siempre que aparece cualquier vídeo o cualquier imagen de un evento, siempre me fijo en las personas que no están grabando, la cara y la mirada que tienen mientras disfrutan con su cantante favorito, lo dicen todo. Suelen ser las personas más mayores y los niños, que todavía disfrutan del momento y no necesitan contarnos a los demás que están cabreados porque tienen que liberar espacio del teléfono o comprar más espacio en la nube para que les deje grabar y guardar.

Es verdad que es muy tentador capturar esos momentos, que son parte de nuestra vida y nuestra experiencia, ¿pero de verdad es necesario estar grabando media hora seguida un vídeo?. Yo lo hice alguna vez en el pasado, recuerdo ver y grabar mientras estaba viendo a los Rolling Stones, pero no sé cuántos años después, puedo decirles que no vi ni una sola vez ninguno de los vídeos que grabé. Eso sí, la foto con mi familia con nuestras camisetas antes de que empezara el concierto, sí que la guardo como oro en paño.

Es verdad, que cada vez hay más eventos en los que está prohibido grabar, o toman algún tipo de precaución para evitar que estas escenas se repitan. La idea es estar presente y disfrutar esa experiencia única, dejarse llevar, y a penas darte cuenta de que transcurre el tiempo. Quedarse con ganas de más, y sentir esa piel de gallina que por mucho que grabes, no puede captar la pantalla. Esta clase de recuerdos son para la retina.