Los paraguas de los 'freetours' en Toledo tienen los días contados: malestar entre los guías turísticos

Toledo (Toledo)

El borrador de la futura ordenanza que regulará la actividad turística, al que ha tenido acceso SER Toledo, recoge limitaciones para la publicidad física de los denominados 'freetours'. Con ello, estas compañías están avocadas a que eliminen del paisaje sus característicos paraguas de colores, con los que atraen a sus potenciales clientes en la Plaza de Zocodover de Toledo. De hecho, si incumplen esta normativa se enfrentarán, en este caso, a sanciones de hasta 750 euros.

Un punto en la ordenanza que suscita las críticas de estas empresas, la gran mayoría locales. Es el caso de la que gestiona Alberto, quien, en declaraciones a SER Toledo, ha subrayado que "el freetour es legal y está autorizado por la Junta, pero quieren prohibir los paraguas". En este aspecto, ha apuntado a que "si yo salgo con un paraguas donde no ponga freetour ni nada, simplemente un paraguas abierto, ahí no me puede decir nada".

También, el propio Alberto ha puntualizado en que la gran mayoría de estas empresas no cuentan con una sede física en donde poder atraer clientes. Por este motivo, deben de recurrir a esos paraguas con su propia publicidad para poder conseguir turistas.

Una nueva normativa "sin sentido" y que premia "a los grandes turoperadores"

Por otro lado, este guía turístico lamenta que la normativa municipal no reduzca a grupos de 30 personas en todo el entorno del Casco Histórico y no solo en tres calles. Todo ello, porque, asegura, esta prohibición en Hombre de Palo, Pasadizo de Balaguer y la Plaza del Consistorio es fácilmente salvable "iremos dos grupos, uno de 30 y otro de 30 y dos guías, uno por cada grupo (...) así obstaculizamos igual".

Por todos estos motivos, Alberto califica la norma como "sin sentido" y que beneficia a los grandes turoperadores y perjudica a las pequeñas y medianas empresas del sector turístico local.

Comprar pinganillos "sin ningún tipo de subvención ni ayuda"

Otro de los puntos de esta normativa, que regulará la actividad turística, es la obligatoriedad de usar pinganillos individuales en grupos de más de 30 personas y a partir de las 23 h. Una medida, lamenta Alberto, que "nos exige comprar un sistema de pinganillos que vale un dineral y que las pequeñas empresas tenemos que asumir ahora de golpe y sin ningún tipo de subvención ni ayuda".

Unos pinganillos, dice, que no impiden que un grupo de 50 personas que vayan con ese sistema de audioguía sigan "obstaculizando toda la calle (...) la solución no son los pinganillos". Una obligación que no se aplica en grupos de excursiones de institutos porque los menores "pierden esos pinganillos (...) es que no tiene sentido alguno", lamentaba el propio guía turístico.

Opiniones diversas entre los vecinos del Casco Histórico de Toledo por la nueva ordenanza

Por su parte, sobre esta nueva ordenanza, disparidad de opiniones entre los vecinos del Casco Histórico de Toledo. Por un lado, la opinión mayoritaria, es la de satisfacción por ponerle coto a la actividad turística ante el incremento exponencial en el número de grupos numerosos que llegan hasta la ciudad. Precisamente, una de estas vecinas, en declaraciones a la SER, aseguraba que el incremento exponencial de turistas se ha producido tras la pandemia de la COVID-19.

Y, por otro lado, algunos vecinos insisten en que esa llegada de turistas le da vida al barrio y, además, supone un reporte económico para algunas empresas de la ciudad. Por este motivo, ven positiva la llegada de millones de turistas cada año a Toledo.