Fernando Moya cumple el sueño de crear La Casa de las Marionetas de Cuenca
El espacio escénico y residencia de artistas se ubica en la localidad conquense de Palomera

Fernando Moya cumple su sueño de crear La Casa de las Marionetas de Cuenca
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Cuenca
En el corazón de Palomera, un pequeño municipio conquense encajado junto al río Huécar, se alza un lugar mágico donde el teatro cobra vida en manos de hilos, madera y telas. Se trata de La Casa de las Marionetas, un espacio único impulsado por el titiritero Fernando Moya, fundador de la veterana compañía La Cacaramusa. Lo que comenzó como un sueño de artista se ha convertido hoy en un proyecto cultural donde las marionetas no solo se exhiben, sino que también cuentan, emocionan y educan.
“Llevamos toda la vida soñando con un espacio así”, confiesa Moya mientras camina entre estanterías repletas de títeres. “El sueño de cualquier titiritero no es solo tener un taller, sino un lugar propio donde crear y que la gente venga a ver tu trabajo. Un teatro a tu medida”.
Y La Casa de las Marionetas lo es. En su planta baja, el visitante encuentra una sala escénica equipada con todo lo necesario: un coqueto patio de butacas con capacidad para 80 personas, un escenario recogido, luces y sonido profesionales y, quizás lo más importante, una arquitectura pensada al detalle. “Aquí puedes descargar directamente desde la furgoneta al escenario. Eso no pasa en casi ningún sitio”, explica satisfecho. “Cuando has vivido tantos problemas técnicos al actuar, sabes lo que necesitas. Y aquí lo hemos hecho así”.

Fernando Moya, director de Títeres Cacaramusa y de La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER

Fernando Moya, director de Títeres Cacaramusa y de La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER
Más que un teatro
El proyecto ha contado con el apoyo inicial del programa Integra 4.0 de la Diputación de Cuenca. “Al principio queríamos rehabilitar una casa antigua, pero cuando empezamos a desmontarla vimos que no se podía conservar. Así que decidimos tirarla y construir desde cero”, recuerda Moya. “La ayuda de la Diputación fue el detonante, pero el esfuerzo económico ha sido sobre todo nuestro. Ha sido un proyecto de 400.000 euros”.
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Pero La Casa de las Marionetas no es solo un teatro. Es también un museo, un centro de documentación y una residencia para artistas.
“Queremos que este lugar sea algo más que un sitio donde ver funciones. Aquí hay marionetas de todo el mundo: de Praga, de Francia, de China, de la India, de Birmania… y muchas de las nuestras, claro, que han formado parte de nuestros espectáculos”, cuenta mientras señala a El mono caracol o a La mona de los peines, personajes de producciones de La Cacaramusa. “Algunas han actuado incluso con Ismael Serrano. Otras están en proceso, esperando su momento”.

Teatro de La Casa de las Marionetas en Palomera (Cuenca). / Cadena SER

Teatro de La Casa de las Marionetas en Palomera (Cuenca). / Cadena SER
El alma de las marionetas
En la planta superior se encuentra el alma del proyecto: decenas de marionetas ordenadas, etiquetadas y dispuestas para ser parte de un recorrido didáctico que entusiasmaría a cualquier visitante. “Queremos que esto sea un lugar vivo, no un museo estático. Que quien venga pueda ver marionetas en movimiento, comprender su historia, su técnica, su alma”, explica. “Una marioneta no es una escultura, la diferencia está en el movimiento. Y eso es lo que vamos a mostrar”.

La Casa de las Marionetas es el sueño hecho realidad de Fernando Moya,

La Casa de las Marionetas es el sueño hecho realidad de Fernando Moya,
Una vida en el escenario
La experiencia de Moya en el mundo de los títeres es extensa. Desde que comenzó como escenógrafo en un grupo amateur, fue poco a poco involucrándose en la escena hasta convertirse en intérprete, creador y constructor de sus propios personajes. “Al principio actuaba muy mal, la verdad”, ríe. “Pero no quedaba más remedio. Con el tiempo, los títeres me atraparon. Me permiten controlar todos los aspectos del espectáculo, desde el guion hasta el movimiento más sutil”.
En los últimos años, La Cacaramusa ha creado entre ocho y diez espectáculos, como Siete brujas y un huevo, La princesa y el bufón, Los últimos piratas, El concierto en redó menor o el más reciente El mono y la cometa. “Cada obra es un proceso creativo completo: escribimos la historia, diseñamos los personajes, tallamos la madera, cosimos los trajes… Y así es como conoces de verdad a cada marioneta. Sabes si va a fallar una articulación o si la boca no encaja bien. Se convierten en parte de ti”.

La Casa de las Marionetas es también un museo y una residencia de artistas. / Cadena SER

La Casa de las Marionetas es también un museo y una residencia de artistas. / Cadena SER
Residencia de artistas
El espacio también busca acoger a otros creadores. En la planta superior hay habitaciones y una cocina básica para que compañías puedan residir durante procesos de creación. “Queremos que otros artistas también encuentren aquí un lugar para desarrollar sus obras, rodeados de naturaleza y tranquilidad. Que este sitio les inspire”.
La acogida en el pueblo ha sido entusiasta. “Están encantados. Nos han ofrecido hasta casas para alojar a artistas. La gente tiene ganas de cultura, de cosas nuevas. Y esto es nuevo, pero también muy necesario”.

La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER

La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER
Con el telón recién levantado, Fernando Moya ya sueña con lo que vendrá: funciones regulares, talleres, visitas escolares, festivales. “Nos encantaría hacer muchas cosas. Pero iremos viendo lo que pide la gente. Lo que sí tenemos claro es que aquí hay un espacio a disposición de la cultura”.
Decenas de títeres habitan y llenan de magia La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER
Decenas de títeres habitan y llenan de magia La Casa de las Marionetas de Palomera (Cuenca). / Cadena SER
Y cuando se le pregunta qué espera de este lugar en el futuro, lo resume con emoción: “Quiero que quien venga aquí se lleve un recuerdo para toda la vida. Que entienda qué son los títeres. Que se emocione, que se ría, que se sorprenda. Porque al final, los títeres no son solo para niños. Son para todos los que quieran volver a soñar”.
Y tal vez, algún día, alguien abra ese baúl de mimbre que reposa al fondo del escenario y descubra en él un nuevo personaje, una nueva historia. Porque en La Casa de las Marionetas, todo es posible.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...




