La berenjena de Almagro no encuentra españoles para recogerla: "Todos los trabajadores que tengo son migrantes"

Ciudad Real

La berenjena de Almagro no encuentra quien la recoja. En plena campaña de recolección, el sector denuncia las dificultades que tiene para encontrar mano de obra tanto a pie de campo como en fábrica. Los españoles prefieren trabajos más cómodos y los agricultores se ven obligados a recurrir a trabajadores migrantes para sacar adelante la campaña. Menos, eso sí, de los que necesitan, explican, por una burocracia que eterniza la obtención del permiso de trabajo.

En las dos hectáreas de berenjena que cultiva José Luis Alañán, agricultor en Aldea del Rey (Ciudad Real), todos sus jornaleros, explica, son migrantes. "No es un trabajo duro, pero los españoles no quieren trabajar en esto", cuenta. Alañán asegura que también les cuesta encontrar trabajadores extranjeros con permiso de trabajo, necesario para firmar los contratos. "Están viniendo muchos trabajadores senegaleses o de Mali pero no tienen papeles y no pueden trabajar", reconoce.

Esta hortaliza, que suele venderse encurtida y que cuenta con su propia IGP, es un producto muy apreciado, aunque la falta de relevo generacional y las dificultades para encontrar mano de obra ha hecho que, a día de hoy, apenas una quincena de agricultores de la provincia de Ciudad Real se dediquen a ella. "La falta de relevo y las dificultades para encontrar mano de obra, unida a los precios bajo que tuvo algunos años, hicieron que muchos agricultores se quitaran y ya no volvieran".

Esa falta de relevo generacional ha hecho que en 60 años, la producción de esta hortaliza, única en el mundo, haya pasado de los dos millones de toneladas de media a las apenas 1.200, según datos de la IGP Berenjena de Almagro que, junto a la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, busca expandir su zona de producción, limitada a un puñado de localidades de la provincia de Ciudad Real, y atraer nuevos productores.