El corto que convirtió una silla al fresco en un homenaje
Hilario Martínez, un joven cineasta de 19 años, honra la memoria de esta costumbre con un emotivo cortometraje protagonizado por su abuela

Imagen del corto 'El fresco'

Toledo
Hay imágenes que no necesitan efectos especiales para tocarnos el alma. Basta una silla, una calle y una abuela sentada en las puertas de casa esperando que baje el sol mientras charla con las vecinas. Esas escenas, tan nuestras, tan de siempre, se están apagando poco a poco, aunque, afortunadamente estamos a tiempo de seguir manteniéndolas.
Eso es lo que ha querido reflejar Hilario Martínez. Un joven cineasta, de Tomelloso, que con 19 años ha convertido a su abuela, Francisca López, en la protagonista de un cortometraje. Ambos han hecho un auténtico homenaje a esta tradición y han estado en 'Hoy por Hoy Castilla-La Mancha' contando la experiencia.
La idea nace del concurso de 'Cultura Inquieta' en el que buscan el vídeo vertical de verano. Lejos de grabar el mar o la montaña, Hilario decidió retratar lo que es para él el verano: tomar el fresco. Además, todo queda en familia. En este corto también participa su prima, María Jesús, que es la chica que se escucha como voz en off.
Para Francisca, la protagonista de todo esto, tomar el fresco es "cuando ya sales de la siesta y va refrescando, te sales a la calle con tus pipas, tu agua y charlas con la vecina de enfrente o la que pasa por la calle te saluda, dices cuatro cosas, cuatro tonterías y pasas la trasnochá". Y admite: "el repaso al pueblo sí se hace; y a todo el que acuda por ahí".
Su nieto Hilario no pudo tener más suerte con esta actriz y es que el joven ha reconocido que lo que más le gusta es grabar con la espontaneidad. "Que pasen cosas", asegura.
"Yo llegué con un guion a mi abuela y obviamente en cuanto llegué dije, ¿te lo has visto? Ahora a partir de aquí vamos a crear". Y la creación llegó. Ella salió, con sus pipas, y con toda su naturalidad ya comenzó con sus "¡Ay, qué gustico! ¡Ay, madre mía! Ahora es cuando se vive". Fue entonces cuando Hilario pensó "está pasando". Estaba sucediendo la magia, lo que él considera "la magia del cine, que es que pasen cosas en un rodaje y que sea un proyecto de todos".
El vídeo se ha hecho viral y acumula ya miles de visualizaciones en redes sociales como TikTok e Instagram, donde muchos usuarios han aplaudido esta oda sencilla y sincera a la vida local.
Una historia, de abuela y nieto, que muestra que tomar el fresco no es solo una costumbre, sino un ritual que guarda la memoria de nuestros pueblos: el sonido lento y cálido de las noches de verano. Es la sobremesa de la jornada, en la que basta con mirar el cielo y comentar el día para saber que los problemas siempre son relativos. Salir, sentarnos, conversar. Ojalá no dejemos morir esa forma tan nuestra de estar en sociedad.
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El corto que convirtió una silla al fresco en un homenaje




