Septiembre: cuando la realidad no se va de vacaciones

Talavera de la Reina

El verano siempre parece una tregua. Entre playas, viajes o simples ratos de descanso, nos regalamos la ilusión de que el tiempo se detiene.

Pero este verano, además de desconexión, ha dejado imágenes difíciles de olvidar: los incendios que han arrasado montes y pueblos de España, el humo que cubrió cielos que deberían haber sido azules.

La naturaleza nos recordó que también sufre, y que las heridas tardarán más en cicatrizar que nuestras vacaciones en terminar.

Mientras tanto, los problemas cotidianos no se han ido con la brisa estival. Los jóvenes siguen viendo imposible alquilar o comprar un piso y los precios se disparan. La vida pública se llena de discursos, pero la vida real pesa en la nevera, en los bolsillos, en los sueños aplazados.

Y aun así, septiembre llega. Quizá sea ese el contraste: que la vida sigue, aunque los problemas también.

Que después del verano no queda otra que mirar de frente, afrontar lo que arde fuera y dentro, y buscar la manera de seguir.

Porque septiembre nos recuerda que, pese a todo, seguimos aquí.