De los primeros días

Talavera de la Reina

Me gustan los primeros días, están llenos de posibilidades. Ayer comenzó un nuevo curso académico en las facultades de la UCLM en Talavera. Una jornada de estrenos y de reencuentros. En la de Ciencias de la Salud, más de 260 estudiantes pisaron por primera vez las aulas universitarias y, con ellos, esta facultad roza ya el millar de alumnos matriculados. Es un dato que habla por sí mismo de la capacidad de atracción que ejerce sobre jóvenes procedentes de muy diversos lugares de España.

Durante las jornadas de acogida es imposible no fijarse en esas miradas que combinan nervios, ilusión y cierto temor. No lo saben aún, pero los desconocidos que hoy les rodean serán su familia durante los próximos cuatro años. Con ellos compartirán noches de desvelo y tardes de feria, logros académicos y desencantos, amistades profundas y amores pasajeros. Al mismo tiempo, Talavera, quizá una ciudad inesperada en sus planes, se convertirá en un lugar imprescindible en sus vidas.

Lo sé porque hace años, yo también ocupé uno de esos asientos, con la misma incertidumbre y las mismas ganas. La universidad y esta ciudad me cambiaron la vida. Y estoy convencido de que también cambiarán la suya.