El transporte público

Toledo (Toledo)

Ayer estuve en Madrid, para llegar hasta allí y moverme por la ciudad, utilicé el transporte público. Ya se me había olvidado lo que ocurría durante los trayectos porque al final, voy a todas partes en coche.

Ayer, observé una situación que hasta ahora no había visto referente a los pasajeros: Las tiktokers, fueron 53 minutos interminables de bailes, correcciones y cotilleos. Daba igual el volumen de la música que iba escuchando, porque al final me estaba enterando de todo.

Todo un vagón de cercanías pendientes de lo que iban haciendo, solo faltó que nos pidieran a alguno de nosotros, que las grabásemos. Intenté enterarme del usuario con el que iban a subir los vídeos, ya por curiosidad, pero fue imposible. A decir verdad, resultaba todo muy profesional, aunque cada vez que terminaban de grabar un pequeño vídeo, nos miraban a todos y nadie aplaudía.

¿Han cambiado tanto las cosas que ya no están los usuarios de transporte habituales?. Yo siempre he sido la que se aísla del mundo con las gafas de sol y los cascos puestos, ya sea sentada o de pie. Estaban los que escuchaban música a todo volumen con el altavoz, fuese la hora que fuese. Los que iban o venían de trabajar muertos de sueño, los que hacían videollamadas también a todo volumen…pero ya no.

Aunque he de reconocer, que mi usuario favorito, al que siempre he admirado, es el que se duerme profundamente, y son capaces de despertarse justo en la parada exacta en la que se tienen que bajar. Se despertaban como nuevos y descansados.

También observé, que no se ve a casi nadie leer, ayer pensé en llevarme un libro por si había algún tipo de retraso con la llegada y salida de los trenes, y cambié de opinión, por no tener que cargar con él. Pero me resulta muy curioso, antes si que leíamos más durante los trayectos.

Otra cosa que me resulta incómoda de ver, es el tema de ceder el asiento a las personas que lo necesitan. Creo que es un gesto bonito, y ayer observé justo lo contrario. Es cierto que en ocasiones es complicado por la cantidad de gente que estamos subidos en un vagón, pero me resulta increíble ver, las veces que sí ha pasado, que siempre seamos personas más mayores las que decidimos levantarnos, los chavales por desgracia, no.

En fin, fue un momento puntual usando el transporte público, desde que me he hecho mayor y voy siempre con prisa a todas partes, uso el coche, donde tengo mis propias reglas.