Un pueblo de Cuenca recupera una vieja iglesia y crea un refugio de pastores
Villar de la Encina inaugura el Centro de Interpretación de la Trashumancia como motor de desarrollo rural

Un pueblo de Cuenca recupera una vieja iglesia como refugio de pastores
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Cuenca
La pequeña localidad conquense de Villar de la Encina ha dado un paso firme en su apuesta por el turismo cultural y etnográfico. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, inauguraba el 10 de septiembre el Centro de Interpretación de la Trashumancia, un espacio que pretende rescatar la memoria histórica de la comarca, poner en valor su rico patrimonio y convertirse en atractivo turístico para visitantes de toda la provincia.
El alcalde, Santiago Vieco, no ocultaba su satisfacción en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca: “Hoy es un día muy especial para Villar de la Encina. Este centro no solo habla de nuestro pueblo, sino de toda la comarca, de nuestra historia común y de la riqueza cultural que atesoramos”.
El centro se ubica en los terrenos de la antigua Puebla de San Blas, un núcleo que desapareció en el siglo XIX. A menos de un kilómetro del casco urbano actual, aquel lugar fue en su día enclave estratégico por su proximidad a la Vía Complutense, calzada romana conocida también como la “vía espartera”.
“Se trata de un espacio con enorme simbolismo”, explica Vieco, “porque desde aquí se entiende la importancia que tuvo la trashumancia y el tránsito de personas, mercancías y culturas en esta parte de La Mancha”. El terreno fue cedido tras una permuta con la Consejería de Agricultura y, desde entonces, el Ayuntamiento ha impulsado su recuperación como recurso turístico.

Inauguración del Centro de Interpretación de la Trashumancia en Villar de la Encina (Cuenca). / JCCM

Inauguración del Centro de Interpretación de la Trashumancia en Villar de la Encina (Cuenca). / JCCM
Contenidos y recursos del centro
El visitante encontrará en el interior paneles interpretativos que recorren la historia de la comarca, desde la época romana hasta la Edad Media, pasando por la influencia de Segóbriga, Belmonte o San Clemente. Una recreación de una calzada romana, proyecciones audiovisuales sobre el trabajo del esparto y la explotación del lapis specularis, así como vídeos divulgativos sobre monumentos y tradiciones locales, completan la experiencia.
Más información
El alcalde subraya que “no se trata de mirarnos el ombligo, sino de hacer comarca. Queremos que Villar de la Encina forme parte de un relato colectivo que impulse a toda la provincia”.
La visita se realiza de la mano de una guía que acompaña a los grupos, con especial actividad durante los fines de semana. El proyecto cuenta con apoyo de la Diputación Provincial para garantizar su apertura.
Molino hidráulico El Blanco en Carrascosa de Haro (Cuenca) rehabilitado como restaurante. / molinoelblanco.es
Molino hidráulico El Blanco en Carrascosa de Haro (Cuenca) rehabilitado como restaurante. / molinoelblanco.es
Una ruta cultural, natural y gastronómica
El centro de interpretación no es un recurso aislado, sino parte de un circuito turístico integral diseñado por el Ayuntamiento. La ruta puede realizarse a pie o en bicicletas eléctricas (el municipio dispone de diez unidades) e incluye paradas en enclaves de gran valor histórico y natural.
Entre ellos destacan los pozos y la necrópolis visigoda, la Cañada Real de los Chorros con su riqueza botánica, el mirador del Cerro Santo, las minas romanas de lapis specularis y la recuperación de la iglesia románica de la Puebla de San Blas, restaurada gracias al esfuerzo colectivo de los vecinos durante cuatro años.
“Es un patrimonio que sentimos como propio porque lo hemos levantado entre todos”, señala Vieco. En el interior del templo, además, pueden contemplarse pinturas al fresco de Vicente García, artista vinculado a la comarca.
La ruta puede ampliarse con la visita al castillo de Garcimuñoz y al Molino El Blanco que sigue moliendo con piedra impulsada por la fuerza del agua.

Fortaleza de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca). / Facebook Castillo de Garcimuñoz

Fortaleza de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca). / Facebook Castillo de Garcimuñoz
Conjugando historia y futuro
El itinerario se completa con una degustación de productos típicos de la zona, entre ellos el queso manchego, como guiño a la riqueza gastronómica local. “Queremos que quien nos visite viva una experiencia completa: historia, naturaleza y también sabores de nuestra tierra”, afirma el alcalde.
Aunque la trashumancia ha perdido fuerza con el tiempo, todavía algunos ganaderos recorren la cañada cada año. Para ellos, el municipio ha habilitado un pequeño albergue con duchas y servicios, de manera que puedan descansar con dignidad.
Con esta iniciativa, Villar de la Encina quiere situarse en el mapa del turismo rural en Castilla-La Mancha. Como resume Santiago Vieco: “Tenemos que aprovechar lo que somos y lo que fuimos. La trashumancia, la arqueología, la naturaleza… todo ello puede convertirse en motor de desarrollo para nuestros pueblos”.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...




