Descubre la fiesta multitudinaria de Cuenca que se celebra cada siete años
La Virgen de Tejeda recorre el Marquesado de Moya en un nuevo Septenario
La Virgen de Tejeda recorre el Marquesado de Moya en un nuevo Septenario
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Cuenca
El 16 de septiembre está marcado en la memoria de los vecinos del Marquesado de Moya como un día de tradición, devoción y celebración. Se celebra el día de la Subida de la romería de la Virgen de Tejeda, uno de los eventos más multitudinarios de la comarca que ha arrancado al amanecer desde el santuario de Garaballa y termina al anochecer a la iglesia de Santa María la Mayor en Moya, tras 18 kilómetros de emociones compartidas, música, paloteos y danzas centenarias.
El evento forma parte de las fiestas del Septenario de Moya y está declarado de Interés Turístico Regional, atrayendo a cientos de participantes y visitantes de toda la comarca, quienes siguen con fervor el recorrido de la Virgen por los municipios de Garaballa, Landete y Moya.
La comitiva va encabezada por los ocho jóvenes danzantes, dirigidos por Javier Sáez, maestro de danzantes, quien asegura que estos jóvenes “son el alma de la fiesta”.
“Salimos de Garaballa sacando a la Virgen de Tejeda danzando y durante el camino entre Garaballa y Landete hay varios puntos de baile como las mesas del Soto y de Mijares. Allí los danzantes ejecutan el paloteo antes de que la Virgen se detenga”, explica Sáez durante el recorrido.
El calor del mediodía no disminuye la energía de los participantes. La romería transcurre entre saludos, reencuentros y un ambiente de comunidad donde la devoción se mezcla con la alegría de compartir una tradición centenaria.
La niebla ha acompañado a los participantes en el inicio de la procesión en Garaballa. / Paco
La niebla ha acompañado a los participantes en el inicio de la procesión en Garaballa. / Paco
Landete: descanso y preparación para la subida final
Al llegar a Landete, la comitiva realiza un parón de dos horas en la iglesia local, permitiendo a los danzantes y participantes reponer fuerzas antes de afrontar la segunda parte de la romería. Como explica Sáez: “Nos da tiempo a cambiarnos la ropa, recoger un poco de fuerza y por la tarde, a las cuatro retomamos el recorrido haciendo un paloteo en la plaza antes de continuar hacia Moya”.
Durante el descanso, los vecinos de Landete colaboran activamente, preparando el lugar, atendiendo a los peregrinos y manteniendo la logística de la fiesta, mostrando una vez más que esta romería es “del pueblo y para el pueblo”.
Miles de personas participan en la procesión a lo largo del recorrido.
Miles de personas participan en la procesión a lo largo del recorrido.
Subida a Moya: historia y tradición
El último tramo hacia Moya está cargado de emoción. Los danzantes y los peregrinos mantienen el entusiasmo pese al largo recorrido, mientras los sonidos de los paloteos y las campanas de Santa María la Mayor anuncian la proximidad del final.
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“La ilusión de la gente hace que los 18 kilómetros parezcan pocos. Es un día en el que los cuerpos sienten la fuerza de la tradición y la emoción colectiva”, señaló Sáez.
La llegada de la Virgen al templo de Moya, acompañada de vítores, repique de campanas y danzas, marca uno de los momentos más significativos del calendario festivo local.
Los danzantes y los peregrinos mantienen el entusiasmo pese al largo recorrido.
Los danzantes y los peregrinos mantienen el entusiasmo pese al largo recorrido.
Una fiesta que une devoción y comunidad
Las fiestas del Septenario de Moya no solo celebran la llegada de la Virgen de Tejeda, sino que también recuerdan la historia y cultura del antiguo Marquesado de Moya. Cada paso del recorrido, cada baile y cada gesto de los participantes es un homenaje a generaciones que han mantenido viva esta tradición.
“Para Moya y su comarca, un Septenario significa todo. No es solo Moya, son todos los pueblos del Marquesado, que viven esta fiesta con un fervor y unas ganas increíbles”, destaca Javier Sáez. La organización requiere la colaboración de los ayuntamientos, la Guardia Civil, Protección Civil, la Junta de Festejos y los propios vecinos, que aseguran que la fiesta se desarrolle con seguridad y respeto, preservando su carácter auténtico.
Campanario de la iglesia de Santa María en Moya (Cuenca). / Cadena SER
Campanario de la iglesia de Santa María en Moya (Cuenca). / Cadena SER
Danzantes y paloteos: el alma de la romería
El papel de los danzantes es central. Jóvenes que entrenan durante meses y que durante la romería ejecutan con precisión los paloteos en distintos puntos del recorrido. Estos rituales no solo acompañan la procesión, sino que representan una herencia cultural que se transmite de generación en generación, fortaleciendo el vínculo entre tradición y comunidad.
“La experiencia de bailar durante la romería, de vivir todo el día con la Virgen de Tejeda, es única. Es un recuerdo que los jóvenes guardan para siempre”, asegura Sáez, destacando que la emoción de la llegada a Moya supera cualquier cansancio.
La romería concluye al caer la tarde, cuando la Virgen de Tejeda es recibida en la iglesia de Santa María la Mayor con el repique de sus campanas, cerrando un día de devoción, música y alegría que une a todo el Marquesado de Moya en torno a una tradición que perdura desde hace siglos.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
