Los eventos familiares

Toledo (Toledo)

Se va notando, con el paso de los años, la percepción que tenemos de los diferentes eventos familiares. Pasamos de la infancia, en dónde casi no nos enterábamos del evento en sí, porque estábamos deseando tener ese día en el que prácticamente, podías hacer lo que querías, porque todos los primos y personas de tu edad lo hacían, y no te caía la bronca; a la etapa adolescente, en la que se diferenciaba bien en la mesa el orden por rango de edad, y todo nos daba pereza, a la época actual.

Creo que no me he reído tanto en las comidas familiares, desde que nos intercalamos entre padres, y hasta hace no mucho, donde estaban los abuelos. Siempre decimos que vamos a escribir un libro entre anécdotas y frases lapidarias para recordar. Creo que de repente, todos somos adultos, hablamos de tú a tú, y de repente descubres, que en algún momento, ellos también fueron jóvenes.

Mi familia es muy divertida, incluso en los peores momentos, siempre hay alguien que te anima con el comentario del siglo. La maldad con cariño, se palpa en el ambiente.

A todos nos molesta el momento maldito en el que preguntan que por qué vienes solo, si tienes pareja, si ya no la tienes, qué ha pasado, preguntan por los hijos etc…Cuando tu abuela saca a relucir una pareja que tuviste hace diez años, y todos empiezan a hablar como si tu no estuvieses delante. Esos momentos requieren paciencia y humor.

Se meten todo el rato con lo que comes, y con tu físico. Te obligan a comer una y otra vez de diferentes platos, alegando que no lo has probado y que no sabes lo que te pierdes.

Echan pestes sobre todos los asuntos modernos, desde la moda, a los conciertos o los viajes, con mucho humor. El momento de la moda, para mí es el más divertido, como si ellos no hubiesen vivido los 70 y los 80, que estilísticamente hablando, fueron complicados. Nos critican por usar los móviles o las videoconsolas, cuando estamos observando, que tenemos una generación de padres totalmente enganchados. Me encanta el momento en el que alguien comparte algo, y todos se ponen las gafas de corto para ver qué es lo que han enviado y comentarlo.

El momento de tener que marcharse y tener que subir al coche, que caen cuatro gotas y todo el mundo lo interpreta como si hubiese un huracán fuera y empiezan a ponerse en plan catastrofista, estando convencidos de que no puedes conducir y llegar a casa con esas condiciones climatológicas.

Podría estar infinitamente relatando estos momentos, pero lo único que necesitamos, es que no se acaben.