El azafrán español (con Castilla-La Mancha a la cabeza): ¿en peligro de extinción?

Ciudad Real

Renovación generacional, abandono del cultivo o la mecanización de la recolecta son algunos de los grandes problemas que afronta el sector del azafrán nacional, en especial en Castilla-La Mancha y Aragón. Para abordar esta situación y garantizar la viabilidad y futuro de uno de los grandes emblemas gastronómicos de la región se ha elaborado el Plan Estratégico Nacional del Azafrán 2026-2030.

Para hacernos una idea la producción nacional ha caído un 95% desde 1985 y apenas son 130 hectáreas de las dedicadas a este cultivo, la mayoría en Castilla-La Mancha: en la pasada campaña se cultivaron 100 hectáreas con azafrán acogido a la DOP Azafrán de La Mancha que dieron una producción total de 349,49 kilogramos de azafrán. Se trata un incremento del 19,65% respecto a los 280,81 kilos cosechados en 2023, que marcó un mínimo histórico desde 2013. Sin embargo, el resultado sigue lejos de la media interanual del periodo 2013-2023, que se sitúa en 549,76 kilos, lo que refleja los retos que enfrenta el sector en términos de producción.

"Hace dos años tocamos suelo en Castilla-La Mancha, que representa más del 90% de la producción nacional, con 285 kilos de producción. Si lo llevamos a un entorno global, prácticamente no existimos. Es así de crudo", explica Carlos Fernández, presidente de OPAZ, cooperativa de la Organización de Productores de Azafrán, en los micrófonos de 'Jaraíz'.

En los próximos cuatro años el sector se ha marcado como reto abordar soluciones estructurales para garantizar el futuro del cultivo que además es muy rentable: uno de los principales es la mecanización de los procesos: ahora todos se hacen completamente manuales y son muy específicos, lo que hace que sea muy difícil encontrar mano de obra, algo que hace que muchos agricultores abandonen este cultivo por otros. También la profesionalización o la certificación de la esta planta.

Se da la circunstancia que al ser un sector tan pequeño, ninguna empresa crea maquinaria específica, por lo que desde la propia OPAZ se está trabajando en la automatización de procesos y en un sistema de cultivo hidropónico en condiciones controladas. "Que sea un cultivo adaptado a nuestro siglo. De ese modo, estamos seguros de que habrá jóvenes agricultores y agricultores profesionales que muestren más intereses en el cultivo del azafrán", señala Fernández.

Este plan contempla seis ejes innovación y modernización de los procesos de cultivo y producción; la garantía de la calidad y trazabilidad mediante certificaciones avanzadas; la internacionalización y expansión en mercados Premium; la vertebración del sector a través de la cooperación entre productores, la formación y capacitación de nuevos profesionales; y la sostenibilidad integral que combina viabilidad económica, responsabilidad ambiental y cohesión social.

El grupo de trabajo está conformado por la Fundación Cellbitec, la Fundación Legado Bustillo, investigadores de la Universidad Católica de Murcia y la Cooperativa OPAZ, y financiado por la convocatoria 2024 del Plan Estratégico de Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Economía Social del Ministerio de Trabajo y Economía Social.