Emprender en el medio rural de Cuenca: formación, impulso y futuro

Cuenca

El emprendimiento rural vive un nuevo impulso en la provincia de Cuenca gracias a la colaboración entre Acción contra el Hambre (ACH), la Diputación de Cuenca y los grupos de desarrollo rural de la región. Bajo el programa 'Comunidades rurales de empleo y emprendimiento', se ha puesto en marcha la capacitación empresarial para promotores de proyectos rurales, un itinerario formativo que busca fortalecer las competencias de quienes quieren emprender en el medio rural y crear oportunidades allí donde más se necesitan. Esta formación está financiada por el FSE+ y la fundación MAPFRE.

Esta iniciativa, desarrollada en el Centro de Empresas de Cuenca, forma parte de un convenio entre RECAMDER y Acción contra el Hambre, con el respaldo económico y técnico de la Diputación. En ella participan promotores y promotoras de tres grupos de desarrollo rural, Adesiman, CEDER Alcarria Conquense y Prodese, que se encuentran inmersos en la puesta en marcha de proyectos muy diversos: desde cosmética natural o productos locales hasta carnicerías, peluquerías, hostelería o tiendas de ultramarinos.

“Nuestro objetivo es afrontar el reto demográfico gracias a la creación de pequeños negocios”, explica José Carlos Jiménez, gestor de Acción contra el Hambre en Castilla-La Mancha. “A veces pensamos que abrir una carnicería o un pequeño comercio en un pueblo no tiene nada de innovador, pero en lugares donde ya no quedan servicios básicos, eso puede ser tan transformador como una startup en una gran ciudad”.

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Formación para garantizar la viabilidad de los proyectos

La formación presencial forma parte de un itinerario mixto que combina clases online y sesiones prácticas. En total, los participantes completarán 50 horas de capacitación, de las cuales 30 son presenciales.

“Se trata de un proceso integral que busca que las personas que vayan a montar un negocio lo hagan con una base sólida”, detalla Jiménez. “Dentro de las convocatorias de ayudas de los grupos de desarrollo rural hay subvenciones de hasta 27.000 euros para la creación de negocios, pero una de las condiciones es que quienes las soliciten demuestren que están capacitados empresarialmente. Ahí es donde intervenimos nosotros”.

Los contenidos abordan cuestiones clave como la gestión financiera, el marketing, la digitalización, la sostenibilidad o la elaboración del plan de empresa, además de temas legales y de arraigo territorial.

Indira Freyre, técnica de Dinamización Territorial de Acción contra el Hambre, explica que “en julio ya se impartieron 20 horas online sobre legislación rural, economía circular e igualdad de oportunidades. Ahora, con la parte presencial, reforzamos esas competencias y ofrecemos acompañamiento personalizado”.

Para no dejar a nadie atrás, una de las máximas de la entidad, la organización ha previsto repetir en diciembre la parte online para quienes no pudieron participar en la primera convocatoria.

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Diversidad de ideas

Los perfiles de los participantes son muy variados, tanto en edad como en tipo de negocio. “Tenemos desde carnicerías y bares hasta agencias de márquetin, talleres mecánicos o un sello editorial impulsado por una historiadora en un entorno rural”, comenta Freyre.

“También hay proyectos de relevo generacional, como el de un supermercado cuyo cierre habría dejado sin servicio a varios pueblos de la zona. Cada una de estas iniciativas es una pieza clave para mantener la vida en nuestros municipios”.

El programa presta especial atención a la viabilidad económica y al acompañamiento individualizado, desde la idea inicial hasta la elaboración del plan de empresa. “Partimos siempre de cero, escuchamos qué quiere hacer cada persona y le ayudamos a definir su modelo de negocio”, explica la técnica. “Después trabajamos herramientas como el modelo Canvas o el plan económico-financiero, que suelen ser los pasos más complejos, pero también los más decisivos”.

Otro dato destacable es la alta participación femenina. Según Freyre, “alrededor del 60% de las personas que participan son mujeres, con una media de edad de entre 30 y 40 años. Son mujeres jóvenes que apuestan por quedarse en sus pueblos o regresar a ellos con proyectos propios”.

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Una colaboración sólida

Acción contra el Hambre mantiene desde 2020 una estrecha colaboración con la Diputación de Cuenca, enmarcada en su línea estratégica de reto demográfico y emprendimiento.

“Llevamos desde la pandemia trabajando conjuntamente, desarrollando escuelas de empleo y programas que mejoran la empleabilidad y fomentan la creación de negocio en zonas rurales”, recuerda José Carlos Jiménez.

Entre las acciones más destacadas se encuentran las escuelas de empleo de atención sociosanitaria en San Lorenzo de la Parrilla, pastoreo en Santa María de Campo Rus o tractorista en El Hito, además de formaciones recientes en energías renovables en Villamayor de Santiago y logística para jóvenes en Tarancón.

“También seguimos impulsando el programa ‘Emprende y Despega’, que este año celebra su tercera edición en Cuenca, con ocho proyectos finalistas de gran interés”, añade Jiménez.

Otra de las líneas de trabajo son las comunidades rurales, espacios colaborativos donde distintos actores locales, instituciones, asociaciones y emprendedores, trabajan en común para construir proyectos de desarrollo sostenible, como el destino turístico del Valle del Gabriel, promovido por Adiman y Prodese.

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Emprender para quedarse

La formación que se está desarrollando estos días en Cuenca es mucho más que un curso. Es un paso más dentro de una estrategia global que busca revitalizar el medio rural, generar empleo y fijar población en los pueblos.

“Cada negocio que se crea en un pueblo es un punto de apoyo para que haya vida, servicios y futuro”, resume Jiménez. Por su parte, Freyre subraya el valor humano del proceso: “No se trata solo de aprender a gestionar un negocio, sino de acompañar a las personas para que crean en sus capacidades y se sientan parte del cambio en su territorio”.