Mujer rural

Toledo (Toledo)

Esta semana, concretamente el miércoles, se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer Rural; que fue establecido por la ONU en 2007 “para reconocer la contribución esencial de las mujeres rurales en la agricultura, la seguridad alimentaria, la gestión de recursos naturales y el desarrollo sostenible de las comunidades”. Nada más y nada menos.

Soy una mujer rural, eso ya lo saben ustedes, y me siento tremendamente afortunada de serlo. Pero vaya mi reconocimiento esta semana para todas ellas, especialmente, para las que merecen ser recordadas en los tiempos en los que no había reconocimiento alguno.

Para esas mujeres que vivían en el silencio, haciendo un trabajo nada reconocido, cuidando de sus familias y atendiendo a las labores agrícolas y ganaderas. A aquellas mujeres, que organizaban su vida con pocos recursos, viviendo en zonas apartadas, donde las cosechas y los animales eran los que marcaban su vida y la de sus familias.

La labor de todas ellas durante muchísimos años fue completamente invisible, su nombre no salía en los contratos ni en ningún papel. Sin ellas, hoy en día muchos de los pueblos ni existirían, fueron guardianas de los territorios, de las costumbres y de un saber que no consultaban en los libros, porque no tenían o porque no sabían ni leer.

Siempre hubo mujeres trabajadoras, emprendedoras, mujeres luchadoras, y es necesario seguir recordándolas cada día, no solo una vez al año.

Hemos evolucionado: afortunadamente, hemos estudiado, viajado, emprendido, pero seguimos enfrentándonos a la vida rural cada día. Las mujeres que elegimos desarrollar nuestro trabajo en el medio rural, elegimos también un estilo de vida, no sólo es un trabajo. Y sí, puedo utilizar mi coche para irme donde quiera cuando puedo, pero vivo en un pueblo, donde agradezco la tranquilidad pero me acuerdo de todos los servicios que tenía disponibles cuando vivía en Madrid y salía del portal.

Así que esta semana, celebremos a esas mujeres agricultoras, ganaderas, maestras, panaderas, peluqueras, alcaldesas, veterinarias, empresarias y un largo etcétera, que han decidido quedarse en el medio rural, resistir y reinventarse cada día.