Una buena bandera

Talavera de la Reina

No hay nada que una buna bandera no pueda tapar. Esa debe ser la máxima del gobierno municipal que se ha obsesionado con sacar a Talavera del Siglo XXI y llevarla a tiempos pasados de ensalzamiento del espíritu nacional.

Jaime primero, el solador, inició la política de cortina de humo para tapar su ineptitud a base de colocar panelas de cerámica por doquier. Su alumno más aventajado, J.J. Gregorio, ahora lo imita poniendo azulejería en honor a puentes imaginados, a Borbones de última generación y a todo lo que hace una mínima o miserable referencia a Talavera.

Si las banderas de la plaza de España, cuando se pongan, no eran suficientes, se les ha ocurrido poner otra que se vea desde Saturno en la Ronda del Cañillo y a estas hay que añadir las decenas de banderas con la cruz de Borgoña que inundaron la ciudad el pasado sábado.

Homenajear a un rey que esquilmó las arcas españolas para mayor gloria de su imperio a base de guerras y obsesiones religiosas, es algo que sin duda debe llenarnos de orgullo y satisfacción. Tanto Como el hecho de hincharnos el pecho cuando oímos el nombre de España, pero luego adoramos a Borbones, y ensalzamos banderas como las del ducado de Borgoña. Ambos símbolos mucho españoles y muy españoles.

Mira que pudimos traer cosas buenas de Francia y, sin embargo, nos quedamos con lo peor y lo más cutre. ¡Qué pena!