Un año de la DANA
Nos mostró los límites de la política sin empatía y la potencia de la sociedad civil cuando se organiza desde abajo

La mirada de Toledo: Un año de la DANA (03/11/2025)
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Toledo (Toledo)
Hace un año, la DANA, o en su nombre largo Depresión Aislada en Niveles Altos, se presento sin previo aviso, o quizás no tanto. En pocas horas, el agua se tragó calles, coches, casas y vidas enteras. Miedo mezclado a desesperación que en algunos casos se convirtió en un volver a nacer, otros no encontraron esa suerte.
Un año después, los informes técnicos y sociales nos invitan a mirar más allá del agua. Amnistía Internacional habló de una respuesta institucional negligente que vulneró derechos humanos básicos, por la falta de alerta temprana y la escasa protección a poblaciones más vulnerables. La Federación de Trabajadores de las Administraciones Públicas detectó más de 350 fallos críticos en la gestión de la emergencia, entre ellos, recursos que no se activaron, cauces sin seguimiento, coordinación deficiente. E incluso un informe interno reveló que más de la mitad del personal de emergencias no estaba operativo el día de la catástrofe.
Es necesario recordarlo, aunque haya pasado un año, la DANA fue un fenómeno natural, sí, pero su impacto social y humano fue profundamente político. La emergencia climática ya no es una hipótesis sino una realidad que exige instituciones preparadas, transparentes y coordinadas. No basta con reaccionar, hay que prevenir, planificar, y escuchar a quienes viven en los márgenes de esa vulnerabilidad cotidiana.
Mientras las instituciones dudaban, la ciudadanía actuó. Hubo vecinos que improvisaron rescates, voluntarios que repartieron comida, jóvenes que limpiaron barro durante días, en definitiva, cuerpos agotados, con corazones encendidos por la solidaridad. Allí donde el sistema no llegó, la comunidad se hizo presente. Por eso, al recordar aquel 29 de octubre, además de lamentar lo ocurrido, lo perdido, debemos reconocer lo aprendido. La DANA nos mostró los límites de la política sin empatía y la potencia de la sociedad civil cuando se organiza desde abajo, nos recordó que la verdadera resiliencia no se decreta, se construye entre todos.
Ojalá no necesitemos otra DANA para entender que las emergencias climáticas no solo se enfrentan con sirenas, sino con políticas valientes y comprometidas.

Natalia Simón
Directora del departamento de Filosofía, Antropología, Sociología y Estética de la UCLM




