El tránsito médico a los nueve años: "Cambiamos de colegio, la trataron mal...pero su abuelo dijo que había que quererla aún más"

Toledo (Toledo)

La de estos dos últimos miércoles en 'Un nuevo día, una nueva emoción' ha sido una de las historias con más sentimiento en las tres temporadas y media de sección. Contada en primera persona por una madre mientras su hija escuchaba atenta a ratos con una sonrisa y por momentos aguantando las lágrimas en unos ojos vidriosos.

Una superación que tras episodios de acoso escolar, incomprensión de algunos docentes, cambio de centro educativo...llegó a su auge con una llamada liberadora de una niña de nueve años a su madre durante un recreo: "Mamá, no puedo más. Soy una niña".

"Ya lo sabía hija. Hablamos en casa"

Con esa serenidad cargada de sentimiento cuenta Andrea a Gema Ruiz y Estrella Fernández (y a todos los oyentes de 'Hoy por Hoy Toledo') cuenta el día en el que su hija le hizo esa llamada. Algo que describe como una necesidad que estaba esperando su familia para empezar el proceso de tránsito médico. Tan solo tenía nueve años, pero la incomprensión de su alrededor y su propio miedo ya le había hecho una persona muy fuerte y madura.

Ante ese rechazo en su ámbito escolar que incluso obligó a Andrea a cambiar a su hija de centro, se encontró con todo el amor de una familia que no apeló a ideología, edad o sufrimiento. Solo al amor. El mayor ejemplo el de su abuelo, el padre de Andrea: "su respuesta fue decir que a partir de ahora había que querer a su nieta más aún. Y ya no está pero fue el primero en aceptar el cambio, en acompañarla en el proceso y en tirar de un momento que también tuvo etapas duras".

Tapar los ojos y hablar para así eliminar prejuicios

No fue sencillo para esta familia que ya sabía por otro familiar lo que era pasarlo mal en el colegio ante el rechazo o la incomprensión. Andrea ha destacado en su intervención en la radio que "a los jóvenes les enseñamos a todo menos a empatizar" y a partir de ahí se pueden crear mejores personas. De ahí la frase o la propuesta de tapar los ojos a un grupo de personas que no se conozcan y juntarlas para hablar, para conocerse sin ningún tipo de aderezo visual o tendencioso.

Apoyo familiar

La principal emoción que ha encontrado esta niña en todo el proceso y que supera a cualquier mal momento es el amor. El que ha encontrado en su familia sin excepción. También en el círculo cercano y adolescente donde Andrea dice haberse encontrado "personas maravillosas" y gente que les ayudó. Y lo sigue haciendo.

Escucha a continuación la primera parte del relato de Andrea en SER Toledo: