"Mi madre es una heroína": la lección de amor de un niño de Cuenca con TDAH
Javier nos cuenta cómo vive este trastorno con sensibilidad, humor y una gran lección de empatía

“Mi madre es una heroína”: la lección de amor de un niño de Cuenca con TDAH
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Cuenca
Javier Escribano tiene nueve años y una energía que ilumina el estudio de SER Cuenca donde nos hemos encontrado con él en el espacio Escuela de Salud que coordina Beatriz Hernández. Habla con naturalidad, se ríe, piensa en voz alta y, sobre todo, enseña. Porque aunque él asegura que “no ha cambiado nada” desde que sabe que tiene TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), sus palabras dejan claro que su manera de entender el mundo es especial.
“Yo tomo pastillas, pero no son una droga mortal, son pastillas normales que tengo que tomar cada día”, explica con la claridad de quien ha aprendido a convivir con su condición. Lo dice sin miedo ni dramatismo, consciente de que lo que vive no es una enfermedad, sino una forma diferente de procesar lo que le rodea.
Javier quiere ser policía y ayudar a las personas mayores. “Si no tienen a alguien que les ayude, tendrán vecinos de confianza”, dice convencido. Su madre, Paloma Cuesta, sonríe mientras lo escucha: “Vamos a hacer un equipo los dos y nos vamos a hacer criminólogos”, bromea.
La emoción como fortaleza
Durante la conversación, Javier confiesa que es muy sensible. “Cuando me pegan fuerte, lloro. Pero ya soy muy maduro”, dice con una mezcla de inocencia y valentía. Para él, ser emocional es una fortaleza, algo que le permite entender mejor a los demás.
Cuando algo le enfada, respira hondo y se tranquiliza. “Ahí sigo todo calmado”, cuenta, y su madre lo confirma con una sonrisa. La calma, el autocontrol y la empatía son aprendizajes que ha ido construyendo poco a poco.

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por problemas persistentes de falta de atención, hiperactividad e impulsividad. / Cadena SER

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por problemas persistentes de falta de atención, hiperactividad e impulsividad. / Cadena SER
Patri, una maestra que deja huella
En su día a día, Javier cuenta con el apoyo de Patri, su profesora de Pedagogía Terapéutica (PT), a la que menciona con cariño. “Es una profesora muy buena, nos deja jugar cuando terminamos las tareas”, dice entusiasmado.
Más información
Con ella, Javier ha aprendido a gestionar mejor el tiempo, a concentrarse y a disfrutar de los pequeños logros. “Si tengo una prueba, bajo con Patri y lo hago solito. Si no entiendo algo, se lo digo y me ayuda.”
También recuerda una actividad especial: fabricar un juguete sensorial con pintura y agua. “Hay que hacerlo con un adulto, si no te puedes quemar con la plancha del pelo”, advierte con la seriedad de quien ya sabe lo importante que es cuidarse.
“No son niños agresivos”
Paloma Cuesta, su madre, vive el TDAH de Javier con amor, pero también con realismo. “Hay días buenos y muy buenos, pero también días malos y muy malos”, reconoce. “Fue duro entenderlo, asumirlo. Me hubiera gustado que alguien me dijera al principio que él iba a poder hacer su vida con total normalidad.”
Recuerda cómo todo empezó: “A los dos años Javier no hablaba y lo que parecía un trastorno del lenguaje acabó siendo un TDAH”. Con el tiempo ha aprendido a mirar con otros ojos: “La sociedad muchas veces no entiende que no son agresivos, sino que no controlan la impulsividad. No son malos, están frustrados. Pero también tienen una creatividad y una empatía enormes. Son capaces de ver lo bueno en lo negativo”.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta aproximadamente al 4-5% de los niños en edad escolar. / JUANJO MARTÍN

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta aproximadamente al 4-5% de los niños en edad escolar. / JUANJO MARTÍN
La importancia del apoyo
Paloma insiste en la falta de recursos y en la necesidad de apoyo real, tanto en la escuela como en la sanidad. “Los apoyos dependen de los recursos. Hemos tenido suerte con Patri y con profesionales que han acompañado a Javier desde pequeño, pero no todas las familias lo tienen tan fácil”.
Su mensaje para otros padres es claro: “Que pidan todos los apoyos posibles, que no se preocupen, que no están solos. Aunque parezca que solo hay un niño con TDAH en clase, hay muchos más, en esa y en otras aulas”.
Un corazón feliz
Cuando la conversación llega a su final, Javier deja un silencio emocionado con sus palabras: “Mi madre es una heroína para mí y un amor. Si ella no estuviera, yo no viviría más. Ella fue la única que sabe cómo suena mi corazón”.
Paloma no puede evitar emocionarse: “Él es tan feliz en su mundo… yo no podría aguantar lo que aguanta él. Lo admiro profundamente”. Y Javier, con una sonrisa tímida pero firme, añade: “Aunque me veáis serio, por dentro mi corazón está feliz”.
Visibilizar lo invisible
Historias como la de Javier y Paloma ayudan a visibilizar lo invisible: el día a día de quienes conviven con el TDAH, un trastorno que no define a quien lo tiene, sino que forma parte de su manera única de sentir, pensar y vivir.
Como dice Javier, con la sabiduría de quien ya ha aprendido mucho de sí mismo: “Si tienen esa misma enfermedad, que se tranquilicen. No es una enfermedad, es un trastorno. No se van a morir. Que confíen en sus familiares y les obedezcan, porque ellos les quieren”.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...




