Cientos de vecinos de la Sagra toledana se manifiestan contra la planta de biogás de Villaluenga de la Sagra

Toledo

Cientos de vecinos de la Sagra toledana, unos 3.000 según los organizadores, se han manifestado este domingo para exigir la paralización de la construcción de una planta de biogás a pocos kilómetros de sus casas y a menos de 250 metros de un acuífero. Temen la contaminación del agua, pero también los vertidos, los olores y los peligros asociados al transporte de estos desechos.

"La especulación de grandes empresas y fondos de inversión no pueden prevalecer sobre la salud humana y el bienestar de las personas de los pueblos de la Sagra", aseguran desde la Asociación 'Vecinos por la Sagra viva sin biogás', organizadora de la marcha. "Un regalo que no queremos porque hará que se devalúe la zona y que ya nadie quiera vivir en nuestros pueblos y que la gente con poco arraigo, o incluso con mucho arraigo, nos tengamos que marchar huyendo del posible incremento de enfermedades pulmonares", explican.

A la marcha asistieron también vecinos de Yuncler, Pantoja o Cobeja, cuyas casas se sitúan a 1.380 metros de la planta. Ayuntamientos todos ellos que se han posicionado en contra de la instalación frente a la pasividad del Ayuntamiento de Villaluenga de la Sagra. "Exigimos a las autoridades competentes la paralización inmediata de las obras y la reubicación de las plantas a más de 10 kilómetros de cualquier población", señalan.

La Asociación ha presentado un recurso de revisión con 16 alegaciones ante la Consejería de Desarrollo Sostenible para que se deniegue o se revoque la autorización ambiental integrada del proyecto y se paralicen las obras. No quieren sufrir los malos olores que los vecinos de Casasbuenas sufren por la cercanía del municipio a la planta de biogás de Noez.

Verdalia garantiza la seguridad

Desde la empresa Verdalia, dueña de la instalación, niegan a la SER los impactos que denuncian los vecinos. Aseguran que la planta cumple con la legislación y que el proceso para la generación de biometano se hace de forma estanca y presurizada en todas sus fases para impedir olores, humos o filtraciones al subsuelo.

“El sistema se parece al del estómago humano. Los residuos, exclusivamente de origen orgánico de la agricultura y ganadería de proximidad, se tratan mediante digestión anaerobia en depósitos herméticos, donde se extrae el gas de esos residuos y se captura. Por lo que no es posible la filtración de sustancias al subsuelo ni la contaminación de acuíferos. No se quema nada, por lo que tampoco se emiten humos”, aseguran fuentes de la compañía.