El punto de inflexión del Deportivo Guadalajara, por ahora, no llega

Pedro Escartín

El Deportivo Guadalajara encadena otra jornada difícil en el Pedro Escartín tras caer por 2-3 ante el Bilbao Athletic. En una fría tarde de noviembre que vuelve a dejar la esencia de Primera RFEF, sobre todo enmarcada en la vuelta de Tavares y Toño Calvo aportando equilibrio al centro del campo y dejando claro que el equipo se siente otro con ellos sobre el césped.

Sin embargo, el encuentro se torció muy pronto. En el minuto 4, una acción caótica dentro del área, llena de rechaces y falta de claridad defensiva, terminó en el 0-1. El golpe dejó tocado al Dépor, que sobrevivió gracias a una parada salvadora de Zarco. Con el paso de los minutos, los alcarreños fueron asentándose y creciendo, hasta provocar un penalti que Neskes transformó con seguridad para poner el 1-1 y encender de nuevo al Escartín.

La segunda parte, en cambio, se convirtió en un ejercicio de resistencia. El filial rojiblanco volvió a golpear desde los once metros en una acción muy protestada y, poco después, un cabezazo de Asier Hierro colocó el 1-3. Pese al mazazo, el Guadalajara no bajó los brazos y acabó recortando distancias en el añadido gracias a otro penalti, esta vez convertido por Pablo Muñoz.

El choque dejó un sabor agridulce, muchas alternativas, demasiados penaltis y una nueva derrota, pero también una mejoría evidente en la actitud y en la energía del equipo. Un paso adelante que, en plena mala racha, ofrece al menos un punto de apoyo para mirar con algo más de esperanza a las próximas jornadas. El siguiente encuentro -ojalá punto de inflexión- será frente al Pontevedra.