"Si un domingo en Albacete una mujer viviera una agresión sexual no tendría directamente donde acudir"

Albacete

Si un domingo en algún lugar de Albacete capital una mujer como yo y como tantas, sola, migrante y libre viviera una agresión sexual, no tendría directamente donde acudir. Además de los miedos, el dolor, el temor a ser juzgada o inclusive a las represalias, podría llamar a una línea 900 genérica o escribir un email, o tendría que esperar al lunes para poder ir a un centro de crisis 24 horas porque el domingo estaría cerrado y no hay un teléfono de guardia disponible.

También es posible que sea un lugar donde quizá por falta de personal, recursos o de formación no haya un trato especializado para la situación porque algunos de estos centros de crisis están gestionados por organizaciones que no son expertas en violencia de género o son lugares donde el personal está desbordado.

El estrés postraumático y la culpa también podrían hacer que el lunes no vaya a ningún centro de crisis, y que además tampoco tenga claro mi proceso médico o legal, o el cómo hacerlo, y sí a esto le sumamos que soy extranjera y supongamos que sin documentación lo más posible es que crea que no me atenderán o que pongo en riesgo mi estancia en el país porque no hay suficiente información al respecto.

Es que en realidad si viviera una agresión sexual, que de tan solo pensarlo entro en pánico, sé que me gustaría ir a un centro de crisis 24 horas con todos los parámetros que están establecidos por la Ley, y por lo pronto no es así, y si además viviera en el entorno rural, por ejemplo, no existe ningún tipo de transporte que me acercase a un centro de crisis.

Y no es que yo quiera poner el escenario peor de lo que es, pero al parecer, esta es la situación que tenemos en Castilla-La Mancha, según un informe con testimonios de víctimas y trabajadoras publicado por Amnistía Internacional, en vísperas del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Un informe que analiza los obstáculos que todavía, tres años después de la entrada en vigor de la Ley, se encuentran las víctimas de violencia sexual a la hora de recibir una atención integral y especializada.

Si como víctima no encuentro la información adecuada, accesible y clara, es posible que se perpetúe el silencio y por supuesto que el trauma derivado de una agresión sexual sea aún peor.