Vecinos del Casco Histórico de Toledo vuelven a protestar contra el adelanto del encendido navideño: "Con un mes es más que suficiente"
La segunda concentración impulsada por un grupo de residentes de la calle Hombre de Palo atrae a un centenar de personas

Toledo
Un centenar de vecinos del Casco Histórico de Toledo han vuelto a protestar este sábado contra el adelanto del encendido navideño y los efectos de la turistificación. La concentración, la segunda en menos de diez días, reunió en las Cuatro Calles a un centenar de personas, residentes del Casco Histórico que piden medidas para descongestionar el eje Zocodover-Ayuntamiento y aliviar la presión turística que soportan determinadas zonas del barrio en épocas como la Navidad o el Corpus.
La protesta, impulsada por un grupo de vecinos de la calle Hombre de Palo, sirvió para escenificar el descontento por la concentración en este barrio de la oferta navideña y las aglomeraciones que se forman en el entorno de Zocodover y la Plaza del Ayuntamiento. Los vecinos reclaman actuaciones concretas al equipo de gobierno para garantizar la movilidad en el barrio y la convivencia con los turistas. Varios de estos residentes se reunieron el viernes con el concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, y con representantes de la Policía Local.
"Turismo sí, pero no así", "Navidades sí, pero no adelantadas" o "Turismo consciente, barrio viviente" fueron algunos de los eslóganes coreados por los asistentes a la protesta observados por la multitud de visitantes que este sábado intentaban abrirse paso en las calles Comercio y Hombre de Palo. "Las palabras estuvieron bien, pero tienen que quedar por escrito. Tiene que haber un compromiso real", reclama Mari Carmen Zamorano, una de las portavoces del movimiento vecinal, al equipo de gobierno municipal.
"Sabemos que tenemos que convivir con el turismo, que Toledo es Patrimonio de la Humanidad, pero hay muchos más sitios para repartir las cosas", expone Cedenilla, que pide derivar parte de la oferta navideña hacia otros barrios y que el encendido navideño, que este año durará 48 días, vuelva a las fechas tradicionales, entre el Puente de la Inmaculada y el día de Reyes. Toledo, aseguran, no necesita estos reclamos. "Con un mes es más que suficiente", reclama Matilde Cedenilla, vecina del Casco. Pero las quejas no se ciñen sólo a la Navidad. "Está el Corpus, la Semana Santa, los carnavales... todos los momentos en los que se colocan mercadillos".
Los vecinos proponen trasladar la oferta de ocio al aire libre en Toledo al Parque del Tránsito, el Miradero o el Parque de la Vega, cuando finalicen las obras de remodelación. "Hay que repartir un poco en toda la ciudad", defiende Cedenilla. El Ayuntamiento, de momento, se ha comprometido a convertir la calle Hombre de Palo, en días puntuales, en una vía de sentido único para que los vecinos puedan sacar sus coches de los garajes sin toparse de frente con los grupos de turistas.
En 2026 entrará en vigor la ordenanza turística que declarará esta vía y otras dos más como "zonas saturadas" en las que no se permitirá la circulación de grupos de turistas de más de 30 personas. "Es un paso adelante, pero hacen falta muchas cosas. No queremos echar a los turistas, pero pedimos poder convivir", reclama esta portavoz. "Nos toca a todos. Es importante visibilizar este problema", explica Sara Gómez, vecina de La Cornisa, en el perímetro exterior del Casco Histórico. "Las viviendas de uso turístico se van extendiendo a todas las zonas y para ir a la panadería o al Mercado Municipal nos encontramos todo muy colapsado", denuncia Alfredo, vecino de la calle Pozo Amargo.
Marta, residente en el Callejón del Vicario, frente a la Catedral de Toledo, apunta los obstáculos que han de sortear los vecinos en su día a día y que no alcanzan sólo a poder entrar o salir de sus garajes. "Es simplemente poder caminar", apunta. "Las viviendas de uso turístico se van extendiendo a todas las zonas y para ir a la panadería o al Mercado Municipal nos encontramos todo muy colapsado", denuncia Alfredo, vecino de la calle Pozo Amargo. "Yo tengo amigos que ya no vienen a verme, que me dicen que vaya yo a sus casas", se queja Marta.
Los residentes que apuestan por seguir viviendo en el Casco Histórico de Toledo, encandilados por la belleza de sus calles y plazas, dudan de que este tipo de turismo beneficie al pequeño comercio del barrio, el que aún no ha sucumbido a la gentrificación que se ha adueñado de viejos locales para instalar franquicias que apenas guardan relación con las señas de identidad de Toledo. "Es imposible que la gente que venga a visitar Toledo y a ver lo bonito que es esto lo pueda disfrutar así. Es imposible en estas condiciones. Ni por ellos ni por nosotros", lamenta Natacha Díaz, otras de las vecinas del Casco preocupadas por la deriva turística de la ciudad.

José C. Rejas
Redactor en SER Toledo desde 2021, se encarga de los informativos del fin de semana en la Cadena SER...




