"El problema es que la Ley está tan poco pensada y tal mal resuelta que está dando más problemas que soluciones"

Albacete

Les ruego me disculpen si les reitero mis quejas sobre el funcionamiento de la Justicia en nuestro país. Sin duda, se debe al hecho no sólo de dedicarme profesionalmente al ejercicio de la Abogacía, sino de la convicción de que una Administración de Justicia que funcione hace a un país mejor, toda vez que los ciudadanos, al ver atendidas sus pretensiones en forma y tiempo razonable, podrán apreciar que sus impuestos sirven para algo. La paz social también sería mayor con una adecuada resolución de los problemas que la vida cotidiana nos hace sufrir.

Ya les he hablado de la Ley Orgánica 1/2025 llamada de Eficiencia del Servicio Público de Justicia. En esta Ley hay dos cuestiones que afectan directamente al funcionamiento de la Justicia.

La primera, la exigencia de pasar previamente por un medio adecuado de solución de controversias antes de acudir a un tribunal de justicia. La idea no esta mal si pasamos de propio preámbulo de la Ley que afirma de forma categórica que esto ya se hacía, fundamentalmente por la Abogacía en cumplimiento de su obligación de concordia.

El problema es que la Ley en este aspecto está tan poco pensada y tal mal resuelta que está dando más problemas que soluciones. Distintos criterios interpretativos según quien la aplique, con inadmisión de demandas y, en definitiva, retrasos en la resolución de los asuntos y perjuicio para la ciudadanía.

De hecho, ya hay iniciativas legislativas para modificarla, lo que habla de que quizá no se pensó suficientemente su contenido.

La segunda, una reorganización de la Administración de Justicia con la creación de nuevos conceptos como es el de los Tribunales de Instancia. No sabemos si la idea dará o no resultado, y cuando, pero tiene a todo el mundo jurídico asustado ante lo que promete producir una nueva paralización o ralentización del funcionamiento procesal como consecuencia de esa nueva organización, que hay quien no tiene clara.

El problema añadido es que los medios, materiales y humanos, para su aplicación, son los mismos con que se contaba antes de su aplicación, lo que hace difícil que produzca los efectos deseados por el legislador y por todos aquellos que pensamos que la Administración de Justicia es la gran abandonada por el legislador, presente y pasado.

Muchos temores se nos presentan en el nuevo año sobre lo que ocurrirá. Hay veces que no sabes lo que decirle a quien sufre años de retraso en la resolución de sus problemas. Nosotros tampoco lo entendemos la mayoría de las veces. Y al parecer, a juzgar por la reprimenda que sufrió el Ministro de Justicia en nuestra ciudad hace unas semanas, tampoco los jueces.