Desigualdades

Toledo (Toledo)

Hay desigualdades que continuamente se cuantifican, de las que se hacen debates y abren telediarios, pero existen otro tipo de desigualdades silenciosas, de las que nadie se acuerda, hasta que le toca vivirlas.

Para las familias y allegados que tienen que cuidar enfermos, todo cambia de la noche a la mañana cuando hay una enfermedad, es un proceso de adaptación, de rabia y superación. De repente, aparece una desigualdad incluso con las personas que te rodean, es una incomprensión rara. Cuidar desgasta, envejece, te limita y a veces, te separa de los demás.

Aparece desigualdad a la hora de afrontar la vida, personas que responden con miedo e incertidumbre, por mucho que se les quiera ayudar, es muy complicado hacerles ver una vida de posibilidades, ellos mismos construyen un muro a su alrededor y empiezan a situarse en una desigualdad personal, laboral, emocional…

Con la vida que todos llevamos, la gestión de nuestro tiempo personal y laboral también genera desigualdad, o al menos yo lo percibo así. Ya que todos no tenemos el mismo concepto de vida o nos organizamos de la misma manera, cada vez que tomamos una decisión que nos afecta en ese sentido, repercute en nosotros mismos, porque tenemos que renunciar a cosas, o repercute en nuestro entorno, causándoles una situación de desigualdad sin tener culpa.

Cuántas veces hemos llegado a casa cansados después de un largo día de trabajo o de ocio, e inmediatamente nos hemos arrepentido porque hemos renunciado a algo. Amigos o familiares a los que hemos tenido que decir que no, hemos dejado al perro demasiado tiempo en casa y nos recibe como si llevase un mes sin vernos.

Estas desigualdades nos hacen mella día a día, nos afectan en el ámbito emocional, sobre todo, y nunca se verán representadas en porcentajes o en una gráfica, estas situaciones no se arreglan legislando. Y me da que pensar, que, en ocasiones, pesan mucho más que las demás.