Colonias felinas
Juan José Sanz Cid, Investigador Científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)

Nómada del viento: Colonias felinas (10/12/2025)
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Toledo (Toledo)
En España, la gestión de las colonias felinas urbanas ha dejado de ser un asunto marginal para convertirse en un tema regulado por ley y respaldado por la investigación científica. Las colonias felinas, formadas por gatos comunitarios que habitan en espacios públicos sin un propietario definido, constituyen una realidad frecuente en ciudades y pueblos. Aunque forman parte del paisaje urbano, su proliferación descontrolada acarrea problemas de salud pública, convivencia vecinal y conservación de la biodiversidad. Ante ello, la respuesta legal ha evolucionado hacia un enfoque integral que combina bienestar animal, gestión poblacional y responsabilidad institucional, con la Ley 7/2023 como eje central.
La Ley 7/2023 de protección de los derechos y bienestar animal, aprobada en marzo de 2023, supone el primer marco estatal que regula de manera explícita las colonias felinas. Entre sus principales aportaciones se encuentran la definición legal de “colonia felina” (grupo de gatos que vive en libertad en un territorio concreto) y “gato comunitario” (gato que vive libre, vinculado a un territorio, con escaso o nulo grado de socialización y que no puede ser fácilmente mantenido por humanos), conceptos que hasta entonces estaban ausentes en muchas normativas autonómicas. Además, obliga a los ayuntamientos a gestionar las colonias con recursos y protocolos adecuados, reconoce jurídicamente a los cuidadores como agentes de gestión y establece un marco legal común en todo el país, adaptable por comunidades y municipios.
Antes de la aprobación de esta ley, varias comunidades autónomas ya habían regulado las colonias felinas en sus propias leyes de protección animal. A nivel municipal, muchos ayuntamientos habían desarrollado ordenanzas y protocolos basados en el método CER (Captura, Esterilización y Retorno). Estas ordenanzas suelen incluir censos poblacionales y mapas de colonias para conocer la magnitud del problema, convenios con asociaciones protectoras para ejecutar campañas de captura y esterilización, y programas de formación y acreditación de cuidadores, que aseguran buenas prácticas en la alimentación y vigilancia sanitaria. De este modo, la gestión de las colonias se ha ido consolidando como una responsabilidad compartida entre instituciones públicas y entidades sociales.
El Ayuntamiento de Toledo ha puesto en marcha un protocolo oficial para la gestión de las colonias felinas, basado en el método CER, que incluye la identificación de las colonias, la acreditación de cuidadores autorizados y la colaboración con asociaciones de protección animal y veterinarios para llevar a cabo las esterilizaciones y el seguimiento sanitario, además de acceder a subvenciones estatales destinadas al control poblacional con el fin de garantizar el bienestar de los gatos comunitarios y la convivencia vecinal. En el caso de los gatos de colonias felinas, solo los cuidadores acreditados pueden darles alimento siguiendo los protocolos establecidos. Dar comida a animales sin autorización puede considerarse una infracción leve o grave, con sanciones económicas.
El método CER constituye la piedra angular de la gestión legal y técnica de las colonias felinas. Diversos estudios han demostrado que la captura, esterilización y retorno de los gatos a su territorio reduce progresivamente la población al evitar nuevas camadas, mejora la salud de los animales al disminuir la transmisión de enfermedades y reduce los conflictos vecinales, ya que los gatos esterilizados generan menos ruidos y marcajes. Además, este enfoque evita el “efecto vacío”, fenómeno por el cual la eliminación de individuos provoca la llegada de nuevos gatos al territorio. Por ello, tanto la Ley 7/2023 como las directrices del Ministerio de Derechos Sociales recomiendan su implantación como medida estándar de control poblacional.
Las normativas complementan el CER con otras acciones legales y técnicas. Entre ellas destacan las campañas de sensibilización ciudadana, que buscan fomentar la responsabilidad y evitar el abandono de gatos domésticos; el registro y seguimiento veterinario de los gatos comunitarios mediante microchip y control sanitario; y la reubicación excepcional en casos de riesgo para la salud pública o la biodiversidad. Estas medidas refuerzan el carácter integral de la gestión, al combinar aspectos legales, técnicos y sociales.
El impacto esperado de estas políticas es múltiple. Por un lado, se busca la reducción progresiva de las colonias felinas urbanas sin recurrir a métodos letales, lo que supone un avance en términos de ética y bienestar animal. Por otro, se garantiza atención veterinaria y alimentación controlada, mejorando la calidad de vida de los gatos comunitarios.
El componente científico de esta estrategia se refleja en estudios recientes, como el de Luzardo et al. (2025), publicado en Animals (https://www.mdpi.com/2076-2615/15/15/2278). Este trabajo aplicó un modelo poblacional estocástico a 25 años para evaluar la dinámica futura de los gatos comunitarios bajo distintos escenarios de gestión. Si las campañas de esterilización se mantienen en niveles bajos, alrededor del 20%, la población podría superar los 5 millones de individuos en 2050 (ahora hay 1,8 millones de individuos), alcanzando el límite ecológico y social hacia 2033. En cambio, con estrategias adaptadas territorialmente que logren coberturas del 50-70%, se alcanzaría una estabilización en torno a 1,5 millones de gatos hacia 2030, seguida de un declive gradual. La reducción sería más marcada en zonas rurales y de alta intensidad reproductiva, lo que demuestra la importancia de ajustar las medidas a las características locales. El estudio confirma que las medidas legales, aunque necesarias, no son suficientes por sí solas: requieren una implementación intensiva y sostenida del método CER. La clave está en la continuidad y en la diferenciación territorial, pues solo así se logra un equilibrio entre bienestar animal, salud pública y conservación de la biodiversidad.
Paisaje sonoro
Hoy vamos al soto del río Tajo donde podremos escuchar primero a la curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y después el canto repetitivo de la curruca rabilarga (Sylvia undata).




