"La tecnología no puede estar por delante de la humanidad, de la esencia del ser humano y su relación con los demás"

Albacete

Hace varios años que se nos viene advirtiendo del peligro de la tecnología. Lo hacen personas poco sospechosas, como científicos que precisan de la tecnología en sus investigaciones y sin la cual sería difícil una evolución en su campo de actuación.

De lo que se trata, indican, no es de estar en contra de la tecnología, sino de que su utilización, implantación y evolución no elimine elementos básicos de la vida. La tecnología no puede estar por delante de la humanidad, de la esencia del ser humano y de la relación con sus semejantes.

Algunos países parecen tomar la iniciativa mediante la prohibición de dispositivos a los menores, cuya utilización no adecuada, les coloca en el centro de cualquier tipo de abuso. Hecho en falta estas iniciativas también respecto de los mayores, que cada vez somos más mayores y necesitados de protección. Y que decir de los mayores, de los verdaderamente mayores.

Prohibir por prohibir es negativo siempre, pero en una sociedad cada vez más tutelada, se echan en falta mecanismos que eviten daños irreparables a personas necesitadas de protección que, en el caso de la tecnología, somos casi todos.

En el ámbito de la administración de Justicia, se han incrementado exponencialmente las estafas cometidas con medios tecnológicos, estafas de todo tipo, así como los delitos de acoso por los mismos medios; y lo que queda por llegar.

Se lamentaba en una entrevista el cardiólogo Valentín Fuster de que valores como las relaciones familiares y de amistad se estaban viendo superados por la tecnología. Si sustituimos una felicitación personal por un me gusta o un abrazo por un emoticono, estamos perdiendo sentido de la realidad o, quizá, entrando en otra realidad distinta a la humanística.

Se acercan fechas en las que los regalos son algo frecuente. Antes de hacerlos, piensen en si regalar algún artilugio tecnológico es superior a una conversación amigable, a una sonrisa franca o a un abrazo sincero. Igual son peor acogidos, pero seguro que mejoran vidas. Felices Fiestas.