Un día bajará el helicóptero

Talavera de la Reina

Cada diciembre, cuando el año pesa y el cansancio se nota, aparece algo pequeño pero poderoso: la ilusión de la Lotería de Navidad.

No es solo un número, un décimo, es una ilusión compartida.

Es el décimo que se compra casi sin pensar, el que se guarda con cuidado, el que se comenta en voz baja.

Y, sin darnos cuenta, empezamos a soñar. A imaginar que quizá el año que viene no haremos presupuestos en casa para las vacaciones, no se pedirán préstamos, se pagará la hipoteca y las preocupaciones se iran y llegará algo bueno.

Durante unos días nos permitimos creer.

Creer que todo puede cambiar. Que lo difícil puede tener descanso. Que la vida también sabe sorprendernos.

Cada año, como me encanta este día y estoy convencida de que me va a tocar, voy a la pelu para estar mona, convencida de que voy a salir en la tele porque ha tocado el "Gordo" en mi empresa. Y vendrá el helicóptero de prensa para entrevistarme.

Y no me tocará, pero la ilusión ya ha cumplido su función: nos ha unido, nos ha devuelto sonrisas y nos ha recordado que, seguir soñando, también es una forma de ser felices.

Os deseo una muy feliz Navidad, la época más bonita del año

PD. Igual cuando esto se publique, ya me habéis visto en la tele.