Fin de año

Señoras y señores oyentes, ya tenemos el fin de año a la vuelta de la esquina. Todavía no nos hemos librado de las sobras de las comidas navideñas, y estamos empezando a hacer balance con cada persona que nos hemos juntado estos días.

Empieza la auditoría personal, laboral, nos acordamos de todos los objetivos que nos marcamos el año pasado y los buenos propósitos, y nos damos cuenta, seamos sinceros de que no hemos cumplido ninguno. También es momento de cerrar ciclos, hasta aquí hemos llegado con ésta situación, pero no nos engañemos, recaeremos.

Ya estamos pensando en el día 31, con los grupos de Whatsapp bien organizados, todo calculado milimétricamente para que no falle, no ha lugar para la improvisación. Una que se hace un poco mayor, ya empieza por la tarde con llamadas telefónicas para felicitar el nuevo comienzo de año, por si luego resulta imposible hablar.

Y la realidad, para aquellos que hemos tenido un 2025 muy complicado, casi nos da miedo que llegue el nuevo año, porque no tiene pinta de traer cosas importantes buenas. Pedimos salud a los Reyes Magos y aguantamos con una sonrisa.

A mi me gusta comparar al 1 de enero, como el gran lunes del año, caiga el día de semana que caiga, es una prueba de fuego, te levantas y empiezas a organizar la nueva vida que viene. Soy realista, y como ya es tradición para algunos agricultores, felicitas el año nuevo en la almazara porque el día 2 ya estamos todos recogiendo la aceituna sin parar.

Así que recuerden todos, la noche del 31 brinden por haber superado otro año, por seguir con la sonrisa puesta a pesar de las dificultades, por seguir rodeados de las personas que queremos, por ser capaces de soportar y hacer más cosas que hace justo un año, brinden por las nuevas canas que tenemos, porque son síntoma, de que seguimos aquí, con todo un año por delante, para seguir dando guerra y disfrutando.