Llueven planes
La Firma de Tomás Martín

"Llueven planes", la Firma de Tomás Martín
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Palencia
Buenos días. Las nubes no están siendo generosas con la lluvia, pero nuestro Ayuntamiento llueve planes a cántaros, tantos que la ciudad se ve anegada de norte a sur y de este a oeste. Los planes municipales de esta nuestra Palencia son como los futuros de los que habló el poeta: «acostumbran a caerse en la mitad». El último, la proyectada unión de Jardinillos con la calle Mayor, cuya licitación ha quedado desierta.
Hay tres planes, tres, que en su día fueron planes estrella: el Soterramiento del Ferrocarril, descartado y sustituido por el que figura en el Estudio de movilidad integral, permeabilidad e integración urbana del corredor ferroviario en Palencia —¡vaya nombrecito!—, presentado recientemente; el Nuevo Hospital, en ancestral letargo, y el Palacio de Exposiciones y Congresos, que pasó de palacio a palacete y que, si los dioses no lo remedian, acabará, si lo acaban, en albergue. Otros, de menor relevancia, discurren a trancas y barrancas. Alguno, como el que en la actualidad afecta a la avenida Valladolid, bien podría llevarlo a efecto, de vivir, Felipe II (tal es así que los vecinos de la famosa avenida han optado por referirse a ella como la avenida El Escorial).
Me apropio de la rotundidad de estos versos del poeta palentino Julián Alonso, que nuestra realidad me acerca cual eco lastimero: «Aquí los días se confunden. / No es cierto que sea jueves. / Discurre el calendario como un río / de días imprecisos / que se vuelven semanas, / meses, / años / y no sé cuál de ellos / es hoy precisamente. / Nunca pasará nada / que no haya sucedido por enésima vez. / Mañana será martes. / Seguiré atrapado / dentro del almanaque / mientras pasan las horas / en sus barcos oscuros».
Y hablando de pasar: pasan los días a velocidad de vértigo, las noticias sobre los deméritos del emérito rey, los vaivenes de nuestra democracia, el horror en el país llamado USA, la guerra en Ucrania, a la que alguno ya se refiere como lo de Ucrania…
Afortunadamente, nos queda el refugio de la música y la literatura. Precisamente, el catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, nuestro paisano Luis Aguado —cantautor y músico también—, acaba de publicar, en Alianza Editorial, La mente de la tribu – Luces y sombras del cerebro social, libro que versa sobre «los avances que la psicología, la neurociencia y las ciencias sociales han hecho en el conocimiento de ese rasgo esencial de la naturaleza humana que es la sociabilidad». Habrá que leerlo.




