Adiós al jugador más importante en la historia del Becerril
Alberto Melero se despide tras diecisiete temporadas de morado
Palencia
Prefirió no decírselo apenas a nadie por la importancia del partido. Sólo el entrenador y algún compañero sabían que el de este domingo ante el Tardelcuende sería el último partido de Melero con la camiseta del Becerril. Su equipo se jugaba el ascenso y no quiso distracciones pero todos nos enteramos cuando, faltando dos minutos para el final, Edu Narganes cambió al capitán y este abandonó el campo entre lágrimas. Atrás quedan nada menos que diecisiete temporadas vistiendo esa camiseta.
Melero empezó a jugar al fútbol con cinco años en la Peña Castilla y, siendo cadete, su talento no pasó desapercibido para el Valladolid. Allí estuvo hasta juveniles y, ya en su primer año como senior, se unió a las filas de un Becerril que sólo abandonó una temporada, para de la mano de Jesús Collantes, irse a la Arandina con la que disputó un play off de ascenso a Segunda B.
Se marcha como el jugador con más calidad que ha vestido esa camiseta y dejando goles imborrables como aquel de vaselina en Garray o el que sirvió para eliminar al Urraca en la Copa del Rey y recibir a la Real Sociedad en la Balastera. Se va pensando que "lo mejor del fútbol, más allá de ascensos o partidos importantes, son los amigos que haces, las personas que conocen. Y lo peor, sin duda, cuando estás lesionado y no puedes ayudar a tus compañeros".
Melero seguirá entrenando con el Becerril y jugando con el equipo de la localidad la liga inter pueblos. Allí aún tendrán la fortuna de ver destellos de la magia de un jugador distinto. De esos que merecieron jugar en categorías superiores y marcan la diferencia cada vez que juegan.