La EBAU

Palencia

Estamos a muy pocas horas de que casi 100.000 alumnos y alumnas de segundo de Bachillerato de Castilla y León se enfrenten a la prueba de acceso a la Universidad, la EBAU, en Palencia la cifra es de 632.

Se recupera la normalidad en la realización de esta prueba tras la pandemia aunque eso sí, algunas de las medidas adoptadas en años precedentes se van a mantener también durante este, como la distancia de seguridad, la ventilación o la desinfección.

Son horas de últimos repasos, de apuntes esparcidos por las mesas, de nervios, de intentar conciliar el sueño y descansar, en la medida de lo posible, antes de acceder mañana miércoles, bien tempranito, a las aulas que albergarán el desarrollo de los exámenes.

Lo estoy viviendo muy de cerca, a mi hijo le toca este año pasar por esta prueba antes de ir, en pocos meses, a la universidad.

Le veo estudiar horas y horas, hacer sus cálculos de qué necesita sacar para poder acceder al grado elegido… vive en una especie de montaña rusa pasando de la seguridad, que da el trabajo bien hecho durante todos estos años, a la incertidumbre y los nervios sabiendo que se juega algo importante y que un mal día, un bloqueo mental o cualquier otra circunstancia pueden jugarle una mala pasada y apearle del acceso a aquellos que quiere para su futuro profesional.

Sigo pensando que deberíamos hacer desaparecer la EBAU, que el trabajo ya se ha realizado y demostrado durante los años de instituto y de forma, fundamental, durante el bachillerato. La media, esa media, debería ser la nota que contara para el acceso al mundo universitario.

Máxime teniendo en cuenta que cada Comunidad Autónoma hace exámenes diferentes y que el grado de dificultad de las pruebas no es para nada similar.

Son muchas las voces que reclaman una EBAU única. He escuchado muchos argumentos a favor y muchos también en contra de poner esto en marcha. Yo, directamente, me plantearía suprimirla. Repito: no creo, sinceramente, que aporte o demuestre nada que no se haya demostrado ya durante el bachillerato.

No puedo evitar recordar estos días cuando yo misma me enfrenté a lo que en aquel entonces se denominaba selectividad. Fue duro, aunque he de decir que finalmente los exámenes me parecieron más sencillos de lo esperado. Y me fue bien y logré la nota que necesitaba para acceder a la facultad de ciencias de la información que era mi sueño.

Espero que todos esos sueños que ahora están sobre las mesas también puedan cumplirse.

Venga un esfuerzo final. Y esta noche un gran beso de apoyo y ánimo para nuestras hijas e hijos antes de irnos a la cama.