Conversación de banco con Manuel Arandilla
Uno de los arandinos más ilustres comparte sus reflexiones en la SER en el lugar en el que habitualmente se ubica
Conversación de banco con Manuel Arandilla
Aranda de Duero
No recuerda un junio igual Manuel Arandilla. Sentado en su habitual banco junto a la Plaza del Trigo y frente a la casa de Cultura, nos 'acoge' para mantener una de nuestras conversaciones periódicas, pero siempre a la sombra. "Esto viene por el daño que hemos hecho a los ecosistemas naturales y animales, de ahí viene el problema de este calor", recuerda.
¿Hemos sabido cuidar el legado del vino?
"Creo que sí porque el vino era la principal economía de Aranda y la Ribera, el desarrollo de la burguesía arandina en torno al XV y XVI giraba alrededor del vino. Ya con la fundación en 1982 del Consejo Regulador, se han conseguido unos vinos excelentes. Recuerdo de pequeño los lagares, cómo venían con sus pellejas a depositarlas en las bodegas. Yo me sentaba enfrente de mi casa y veía como el primero llevaba cascabeles en las piernas, porque el tufo les podía invadir. No se ha conservado el patrimonio urbano, los palacios y palacetes, el patrimonio que teníamos en Aranda con la precipitación en la urbanización", dice, valorando al menos las riberas de los ríos.
¿Qué se puede hacer un día a día en Aranda?
"Aranda está muerta. Somos cadáveres. El Ayuntamiento es víctima de su propia burocracia y estamos en una Aranda muerta. Yo que recorro todas las calles y entro en los comercios, me dicen que no venden un clavel. Está convirtiéndose en un pueblo de espectros como en casi toda Europa. Europa es un continente de cadáveres, un museo... ¿Cómo impulsar? Volviendo a las raíces de la cultura, porque se cultivan en el vacío ahora. Atenas, Roma y Jerusalén es lo que caracteriza a la cultura. La UE se sustenta en el vacío. La única posibilidad de levantar Europa es a través de la cultura", asevera.
¿Qué le inquieta?
"Últimamente mucho el tema del Mundial de Qatar. Cómo desde 2011 que empezaron a construir los estadios ha habido más de 8.000 muertos. Llegaban a Qatar, les quitaban el pasaporte y en régimen de esclavitud les hacían construir los estadios. Cómo con esa cantidad de tragedia y muerte se puede hacer allí el mundial... Hay una manipulación del deporte, pan y circo. El dinero está por encima de todo", dice, entre que le saludan por la calle.
"También el aborto y eutanasia. Vivimos en un Estado de Derecho que no es tal, porque protege a los débiles, al feto y al anciano. Y el Estado de Derecho se ha convertido en un estado que mata al feto y al anciano. Dice un informe que sufre mucho en el aborto porque ya tiene el sistema nervioso desarrollado, tiene un profundo dolor. Y claro, no podemos hablar de Estado de Derecho si es homicida. Tenemos guerras a nuestro alrededor, la pandemia... Nos están inculcando en la mente un sentido mortuorio de la vida, una cultura de la muerte... La eutanasia también, hay que tener los cuidados paliativos suficientes para entender a los enfermos, pero la vida dura desde la fecundación del óvulo hasta la muerte natural", defiende.