Plataforma Merindades cree que la guerra en Ucrania acelera la aprobación de parques eólicos sin los requisitos exigibles
Particulares e instituciones de la comarca vuelven a presentar alegaciones contra la proliferación de aerogeneradores porque no llevarán ni riqueza ni empleo a la España Vaciada
Burgos
La Plataforma en Defensa de Las Merindades ha presentado un millar de alegaciones en contra de uno de los 18 nuevos proyectos de parques eólicos planificados en la comarca, que duplicarán la potencia prevista en el Plan Eólico para la provincia de Burgos, con un negativo impacto ambiental que no generará ni empleo ni riqueza.
Así lo ha advertido la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Medina de Pomar, Inmaculada Hierro, a las puertas de la Subdelegación del gobierno en Burgos, donde han entregado escritos de rechazo al parque llamado de La Iglesia, que prevé aerogeneradores de más de 200 metros de altura y una potencia muy superior a la solicitada inicialmente.
David José Díaz, miembro de la Plataforma, sostiene que la guerra de Ucrania y sus efectos en la carestía energética, está acelerando la aprobación de los proyectos de renovables, de forma más arbitraria y sin los controles administrativos exigibles.
Alerta de que con los parques instalados y los que están en tramitación, Las Merindades sumarán 575 aerogeneradores, los nuevos auténticos rascacielos, que producirán unos 1.700 megavatios de potencia, frente a los 700 que contemplaba el Plan Eólico para la provincia de Burgos.
La Plataforma en Defensa de Las Merindades apoya la energía eólica pero de una forma más razonable, que no invada el medio rural, sembrando de hormigón la naturaleza en beneficio del ''oligopolio de las eléctricas''. David Díaz entiende que no se puede llenar la España Vaciada con molinos eólicos que no solucionan el problema de la despoblación.
La Plataforma en Defensa de Las Merindades apuesta por democratizar la producción eólica con agrupaciones de consumidores, al igual que plantean otras zonas de la provincia de Burgos afectadas por la instalación de esta nueva generación de gigantes eólicos, que retraen inversiones más sostenibles y usurpan el uso del suelo a los usos tradicionales, según estos colectivos.