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El último legado de Lola Pérez Rivera: defensa de la jota como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Recuperamos parte de la conversación mantenida el pasado mes de mayo en Radio Aranda con la recién fallecida catedrática de Etnomusicología sobre uno de los bailes más arraigados de la tradición popular de toda la península ibérica

Lola Pérez Rivera en la presentación de un curso de verano de la UBU en 2019 / Radio Aranda

Aranda de Duero

Demasiado joven. Esa es la expresión que se repite desde que conociéramos en la jornada de ayer el fallecimiento de Lola Pérez Rivera, musicóloga, catedrática de Etnomusicología, una autoridad en el campo de la música tradicional castellana y de raíces españolas, un referente ineludible para quienes tocan y estudian la dulzaina, la mejor conocedora actual del folklore musical de la Ribera del Duero. Y una persona entrañable como están dando fe desde este domingo multitud de mensajes de alumnos y alumnas, colegas y muy especialmente convecinos ribereños, amigos y amigas que se han quedado con la desolación del adiós demasiado temprano

Nos unimos desde Radio Aranda a todos estos homenajes recuperando nuestra última conversación con ella, el pasado 19 de mayo, cuando con su habitual generosidad nos dedicó una conversación tranquila, amena y detallada con protagonismo para la Jota, en un momento en que se tramitaba la solicitud para declarar este género musical Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Lola Pérez Rivera nos explicó en esta conversación las características de un género que conocía bien: el más popular y generalizado, no solo en Castilla, Navarra o Aragón, sino prácticamente en toda la península Ibérica e incluso en zonas de Iberoamérica, exportada desde España. Nos habló de los distintos tipos de jotas, algunas con letra, otras sin ella, acompañadas de dulzaina o de una sencilla pandereta, y rompió algunos mitos, como el que nos hace creer que cada jota tiene su coreografía. “La gente se vincula a la jota de su pueblo, porque es la de su pueblo, aunque sea igual que la del pueblo de al lado. Y con saberse los pasos básicos, cada uno la bailaba como podía” comentaba divertida. De hecho, nos dijo Lola, la jota ni siquiera tiene una duración determinada, porque se le pueden ir añadiendo estrofas a gusto del público danzante y del intérprete que anima el baile

La musicóloga ribereña era optimista en cuanto al futuro de las canciones populares y en concreto de la jota. Reconocía que lo de bailar estas melodías cada domingo en la plaza del pueblo ya no es una práctica en uso, pero era muy consciente de que hay una generación de músicos jóvenes y de éxito que están bebiendo de la tradición y poniéndola al día en piezas musicales de inmensa difusión, como Tanxugueiras, C.Tangana y, aquí, en la tierra burgalesa, La M.O.D.A, con su último trabajo inspirado en los cancioneros tradicionales de Burgos. Músicos que se están inspirando en ritmos, letras y melodías en la tradición popular y están siendo importante agente de su divulgación

La jota, la dulzaina, la tradición oral para transmitir la música de la que resulta casi imposible registrar el origen… eran la materia de estudio de Lola Pérez Rivera. Pero la divulgación que impulsó durante su corta e intensa vida no solo fue posible por su constante trabajo, sino muy especialmente por el amor a su tierra y a la cultura que sus habitantes han generado a lo largo de siglos. Ese apasionamiento que Lola también quería para las jóvenes generaciones y que ha quedado como su más importante legado.

Elena Lastra

Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora...