Las agresiones de los internos a los trabajadores del Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas se triplican en el último año

León

Las amenazas y agresiones por parte de los internos del Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas se han multiplicado por tres en el último año. El número de presos alcanza los 750 y la falta de personal provoca que los internos estén más agresivos de lo habitual. Una prisión de estas características necesita 520 profesionales para llevar a cabo todas sus tareas correctamente pero en Mansilla la cifra de trabajadores apenas llega a los 360. Este déficit de personal implica que algunos de los empleados están obligados a asumir más funciones de las que deberían. El caso de los médicos es especialmente sangrante porque la prisión tan solo cuenta con dos profesionales y no siempre se puede contar con al menos uno de ellos.

Las carencias afectan a prácticamente todas las áreas de la prisión y el problema se acentúa aún más porque este centro es el segundo de toda España con la media de edad más alta. Las nuevas promociones de funcionarios no sirven para completar todas las jubilaciones y el déficit se acrecienta. Los sindicatos también reclaman que los funcionarios de prisiones sean reconocidos como agentes de autoridad. Las amenazas y las agresiones por parte de los internos a los trabajadores apenas quedan en un expediente disciplinario que a veces ni se cumple. Esta es una demanda histórica del colectivo que el Congreso de los Diputados no termina de aprobar.

El último caso ha sido el ataque de un preso a un empleado que fue a llevarle el desayuno. Le escupió, le agredió y el trabajador llegó a necesitar asistencia sanitaria. El portavoz del sindicato de prisiones ACAIP, Félix Alonso, denuncia que "no se ha invertido un solo euro en renovar las infraestructuras del centro y este tipo de situaciones ponen en riesgo la vida y la salud de los trabajadores".