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La tragedia que tiñó de luto Aranda

Repasamos uno de los episodios más nefastos en la historia reciente de la capital ribereña, que el pasado domingo cumplió 43 años. A día de hoy aún muchas localidades sufren el paso de una nacional por su territorio

El grave accidente que tiñó de negro Aranda

El grave accidente que tiñó de negro Aranda

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Aranda de Duero

Las efemérides nos dejan recuerdos variados del pasado. Algunas cuestiones sorprenden cuando se ponen de nuevo en liza y gustan ser recordadas, otras no tanto, pero han clamado hacia el cambio: supusieron un antes y un después en la historia. En este caso, repasamos en la SER cómo un martes 21 de agosto de 1979, hace 43 años, tuvo lugar en el centro de Aranda uno de los accidentes de tráfico más nefastos que se recuerdan en la historia reciente de la localidad. Una tragedia que sacudió a la capital ribereña, y que pudo ser aún mayor. Una tragedia que este martes hemos repasado con Antonio Miguel Niño, autor de las fotografías que se visualizan en el artículo.

Situémonos primero. En aquellos tiempos, la N-1 pasaba por el centro de Aranda. "Se preparaban unos atascos impresionantes, entre el tráfico que subía al norte, y el tráfico urbano que ya tenía la ciudad porque ya contaba con más de 20.000 habitantes. El problema era además del tráfico las mercancías peligrosas, como era el camión que se accidentó, que dentro de lo malo no transportaba lo más peligroso", recuerda Toño. Este vehículo pesado -camión cisterna-, circulaba en dirección hacia el centro de Aranda desde Burgos con fuel pesado y se quedó sin frenos al bajar la cuesta de la Virgen de las Viñas. Ramiro, el camionero de 24 años, intentó pararlo como pudo. "Lo desvió en el edificio del Hotel Villa de Aranda, que por cierto, todavía se notan las muescas que están junto a la puerta de entrada, y volcó, arrastrando a la familia que pasaba por allí y dejando cuatro muertos; Candelas y sus dos hijos mellizos, su hermana que sobrevivió, y otra persona que era familiar suyo yo creo, porque todos descendían de Hontangas", añade.

El entierro de las víctimas fue multitudinario

El entierro de las víctimas fue multitudinario / Antonio Miguel Niño

El entierro de las víctimas fue multitudinario

El entierro de las víctimas fue multitudinario / Antonio Miguel Niño

La tragedia de la que nadie habló

La tragedia no solo fue personal, también medioambiental, aunque nadie pensaba en aquella época por esta cuestión. "Se derramaron 23.000 litros de fuel que fueron al alcantarillado y por tanto al Duero, siendo una tragedia ambiental en la que nadie pensó. Eso acarreó sus consecuencias en el cauce del río. No recuerdo ver a bomberos en las fotos, y sí los borbotones del fuel saliendo de la cisterna. Era impresionante", explica, tratando de recordar sin éxito cómo se enteró del accidente. "No llegué justo, habían trasladado a algunos de los accidentados ya, pero no tardé mucho, como se ve en las fotos", cuenta.

El fuel del camión, derramado

El fuel del camión, derramado / Antonio Miguel Niño

El fuel del camión, derramado

El fuel del camión, derramado / Antonio Miguel Niño

La puntilla al desvío

Da la casualidad de que, aunque se sucedieron manifestaciones pidiendo el más que necesario desvío para 'sacar' el tráfico del centro de Aranda con posterioridad al accidente, éste ya se encontraba en obras y se había reivindicado en reiteradas ocasiones en los años 70. Eso sí, "hubo una manifestación multitudinaria pidiendo la aceleración de las obras porque iban muy lentas, pese a que era prioritaria, el ministerio quería casi más agilidad que evitar víctimas. El sentir era de hartazgo, de que las cosas llegaban tarde. Y recuerdo crónicas de Jesús del Río en EL PAÍS, y en Castilla Press recuerdo que fue lo primero que se publicó, un texto de Arsenio Escolar con mis fotos y que tenía como título Los camiones de la muerte".

Crónica del suceso

Crónica del suceso / Antonio Miguel Niño

Crónica del suceso

Crónica del suceso / Antonio Miguel Niño

La historia no cambia

Esta situación que vivió Aranda, con una carretera nacional atravesándola con ese volumen de tráfico, es una realidad que a día de hoy viven aún tristemente muchas otras localidades de la comarca. Es el caso de Nava de Roa, o incluso de Peñafiel, con la N-122, si bien esta travesía no era la carretera original "porque iban por un puente en el que había además una curva de 90 grados". "Las carreteras atravesaban las localidades porque son vías de comunicación con siglos de historia y crecían alrededor de ellas, pero no tenían el tráfico de ahora ni ese volumen de camiones", añade.

Manifestación por las víctimas

Manifestación por las víctimas / Antonio Miguel Niño

Manifestación por las víctimas

Manifestación por las víctimas / Antonio Miguel Niño

La charla y recuerdo de esta efeméride puede reproducirse en el audio superior.

 
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