Valoraciones y más...
La Firma de Eva Calleja en Hoy por Hoy Palencia

Valoraciones y más... La Firma de Eva Calleja en Hoy por Hoy Palencia
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Palencia
Buenos días,
Es difícil que valoremos algo en su justa medida hasta que, por uno u otro motivo dejamos de tenerlo. Nos pasa con personas, con estados, con situaciones…nos pasa con todo…
No valoramos en su justa medida estar bien hasta que dejamos de estarlo. Nuestra salud, compartir una caña con un amigo, poder hacer un viaje, tener un curro, un jefe o una jefa que pensamos que no era bueno hasta que el siguiente nos demostró que lo era…No valoramos en su justa medida tener cerca a la gente que amamos…hasta que se van lejos o para siempre…
Recuerdo la frase que escuché a una mujer ucraniana que había huido de la guerra en sus primeros días y que decía: “no sabíamos que estábamos viviendo tan bien hasta que llegaron las bombas”…Toda una lección de vida que vuelve a mi cabeza una y otra vez.
De verdad mal. Démosle una vuelta a esto porque la magia de las pequeñas y maravillosas cosas del día a día son la piedra esencial en la que se basa nuestra felicidad.
Hoy que el pensamiento me llevó directa a esa palabra, a las “valoraciones”, no puedo no hablar sobre ese ser impresionante, poco más que un adolescente proyecto aún de hombre, que se ha colocado como número 1, como el mejor tenista del mundo y además ha sido el más joven en lograr estar en lo más alto. Sí claro, ya saben aficionados o no al tenis, que me refiero a Carlos Alcaraz, ese murciano que a muchas y muchos nos ha hecho dormir poco en los últimos días disfrutando de un tenis de altura, del mejor nivel posible pero sobre todo de un tipo que disfruta con lo que hace y así lo transmite y que nunca se rinde, rara avis, en los tiempos que corren.
Impresionante. Muchas cosas para observar, para analizar y para copiar de él.
Y casi es imposible no hablar de la muerte de la Reina Isabel II, te lo encuentras en todas partes. Mi valoración: figura histórica importante, sin duda alguna, con sus luces y sus sombras pero que, desde luego, ha contribuido a escribir varias páginas de la historia. Pero, por favor, que entierren ya a esa mujer de una vez por todas. Me topo con la noticia a todas horas, sin que me interese especialmente esa especie de teatro extraño que se ha puesto en marcha desde que falleció, y no puedo dejar de pensar en cuánto costará todo lo que se está organizando y en cuántas cosas y a cuánta gente, que está viva o peleando por vivir, se podría ayudar con ese dinero. Y no lo entiendo. Pero así somos los humanos. Podemos pasar casi sin inmutarnos al lado de alguien que duerme en la calle pero llorar con desconsuelo por el fallecimiento de una mujer que disfrutó de una larga, larguísima vida, a lo largo de la cual acumuló, no lo olvidemos, una de las mayores fortunas del mundo.
A veces tengo ganas de decir aquello de: “por favor paren el mundo que yo me bajo”.
Feliz semana.




