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La Ribera despide al gran custodio y protector de las Hoces del Riaza, Fidel José Fernández

Una pérdida irreparable para la comarca, apasionado por la naturaleza y todo lo que le rodeaba

La Ribera despide al gran custodio y protector de las Hoces del Riaza, Fidel José Fernández

Ribera del Duero

Era matemático de profesión y naturalista de corazón. El Félix Rodríguez de la Fuente de la Ribera. Un apasionado de la naturaleza, y en especial de las Hoces del Riaza. Esta pasada noche Fidel José Fernández nos dejaba tras sufrir horas antes un derrame cerebral, y con él, se marchan -y a la vez se quedan- tantas horas de observación a buitres o cigüeñas, al campo, y la puesta en valor del Parque Natural ya mencionado. Este miércoles, en la SER, hemos querido homenajear a Fidel José, y hemos puesto en valor su gran figura con otro gran naturalista de la Ribera como Rubén Arrabal.

"Es un día muy triste para todos. Qué te voy a decir. Se nos va una grandísima persona y un grandísimo naturalista. Era una persona maravillosa que no miraba por él ser protagonista, éramos los demás a los que nos hacía importantes. Me di cuenta de que todos los datos que dábamos, hizo que el conocimiento que una tierra estuviera más estudiado que cualquier otro lugar de la península; él guardaba todos los datos, y era un estudio que no hacía él solo, sino que lo hacía a través de todos. Nos ha dejado que Montejo sea un sitio especial, conocido a fondo", dice Arrabal, valorando que "para mí se ha ido alguien que me llenaba y que ha hecho mucho por Montejo".

Arrabal, junto a Fidel José

Arrabal, junto a Fidel José / cadena ser

"Fue de los que conoció a Félix y descubrió a Montejo gracias al gran maestro. Lo que él sentía lo transmitía, y era como un niño pequeño que siempre se ilusionaba con lo que estaba relacionado con Montejo. Tenía un archivo que, solo lo que él tiene en su casa, es más grande que todo lo que puede tener la Junta sumando todos sus parques naturales. Conocía cada rincón; era increíble. Hizo de Montejo su vida y su hogar, aunque no tuviera casa, porque ha vivido y comido allí. Era capaz de beber agua en los charcos y todo", expresa Arrabal, emocionado y recordándolo una vez más como "una gran persona", y asegurando que "nosotros seguiremos luchando y seguir sus pasos, siendo personas humildes, como nos enseñó".