El experimento de la raya verde
La Firma de Elisa Docio en Hoy por Hoy Palencia
El experimento de la raya verde, La Firma de Elisa Docio
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palencia
Buenos días, estimada audiencia.
Con los experimentos siempre pasan cosas, unas buenas y otras malas. Se van a cumplir seis años desde que la Junta de Castilla y León decidió designar dos carreteras palentinas, qué casualidad, para ser objeto de un experimento piloto que consistió en pintarlas una raya verde en los laterales. Hablo de la CL-615, Palencia-Guardo; y la CL-613, Palencia-Sahagún. La peregrina explicación, que mediante comunicado, sin rueda de prensa ni foto de político alguno, fue que el efecto visual del estrechamiento del carril induce al conductor a moderar su velocidad de circulación. Lo curioso del caso es que nadie ha explicado por cual método se seleccionaron dos rutas en Palencia y ninguna en otras provincias de la comunidad.
Se trata de dos carreteras secundarias, rectas, de larga distancia, bien conservadas, con curvas amplias de buena visibilidad y bajo riesgo.
En principio, la raya verde en cuestión no tendría mayor transcendencia si no fuera porque va acompañada de radares que, instalados en determinados tramos, controlan el tiempo recorrido… y flash, al que se pasa le llega la sanción. Ahora, los coches nuevos disponen de un sistema de control automático de la velocidad, que se puede activar sin tener que estar pendiente del acelerador. Pero aún la mayoría de los vehículos no lo tienen y la famosa raya verde estresa bastante.
Vaya rollo, me dirán. Pues atención, vamos llegando al meollo. Siempre se ha dicho que las carreteras sirven para llegar y para marcharse, son de doble dirección. Como a los pueblos de la mitad norte de la provincia se llega siguiendo la raya verde, sus pobladores han decidido irse de compras a León. Desde la zona de Carrión, y no digamos de Saldaña, se llega a León en una hora escasa por la autovía A-231 Burgos-León. Esto unido a la desaparición de las marcas famosas y la merma del comercio en la capital, podemos imaginar el consiguiente menoscabo de la maltrecha economía palentina, que siempre vivió de sus pueblos.
Igual, digo yo, el novedoso experimento ya habrá mostrado sus resultados después de seis años de vigencia, y alguna autoridad palentina, de esas tan esforzadas en subvertir la despoblación, podría tal vez, ejercer su influencia donde corresponda y pedir que se lleven el experimento a otra parte antes de que sea demasiado tarde.
El próximo lunes más.




