El Plan Estratégico Rural destaca la amenaza que supone el cambio climático para el viñedo en Ribera
Entre otras debilidades de la comarca reconoce el retraso de la Autovía del Duero y el cierre de la línea férrea Aranda-Madrid
Ribera del Duero
El impacto del cambio climático en la uva es la primera de las amenazas que se ciernen sobre la Ribera del Duero. Es una de las conclusiones del Plan Estratégico Burgos Rural 2025, un documento que ha presentado la Diputación Provincial, donde se realiza un exhaustivo análisis de todo el territorio burgalés de este ámbito. El plan se basa en cuatro ejes transversales, que son transición verde, transición digital, cohesión social y territorial y equidad de género, alineado con las nuevas tendencias y prioridades nacionales y europeas en estos términos, además de los Fondos Next Generation.
En el capítulo que analiza por separado cada comarca, destaca que la Ribera del Duero está llamada a luchar contra el problema del cambio climático, que hasta hace prácticamente dos días la derecha negaba y que lo sigue haciendo la ultraderecha y que afecta muy especialmente al principal motor de la economía, como es el viñedo, pero hay otros hándicaps, como la “acusada brecha de género característica del medio rural” y el “índice de envejecimiento”. En este listado de amenazas también se incluye la dificultad para diversificar la actividad económica, la escasa cultura de colaboración interterritorial que minimiza el impacto de las acciones desarrolladas o la burocracia administrativa poco adaptada a las necesidades del medio rural.
La comarca ribereña adolece de otras debilidades. La primera que figura en esta lista es la evolución demográfica regresiva (-9,95%) en la última década, pero en segundo lugar se reconoce como tal el larguísimo retraso en la ejecución de la autovía del Duero y la necesidad de recuperar el tráfico ferroviario Aranda-Madrid. Debajo de estas debilidades se sitúan otras como el alto porcentaje, más de un 35%, de trabajadores autónomos o la masculinización de la población en edad activa, reconociendo también entre ellas una dotación insuficiente de infraestructuras de telecomunicación (banda ancha, televisión digital terrestre y telefonía móvil).
En el lado positivo, la primera de las fortalezas que tiene la Ribera, de la que reconoce que tiene una tasa de paro inferior a la media del conjunto del medio rural, es una “identificación comarcal y natural muy bien definida”, reconociendo como ventaja su “articulación territorial consolidada en torno a la centralidad de Aranda”. Como no podía ser de otra manera, señala el potencial económico de la industria del vino, pero destaca la vertiente del enoturismo que genera este producto, figurando en cuarto lugar entre sus fortalezas la consolidación de la Ruta del Vino como instrumento de promoción turística. No se olvida tampoco este plan en sus conclusiones con respecto a la Ribera del Duero de destacar su dinamismo y fortaleza del tejido cultural asociativo.
En la elaboración del plan han participado 300 agentes, entre ellos los ayuntamientos de Fresnillo de las Dueñas, Caleruega, Huerta de Rey y Briongos. Pero hay otras entidades ribereñas que también lo han hecho, como la ADRI Ribera del Duero, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, la Ruta del Vino, ACRIDUERO, ASAJA, las asociaciones Conde Galindo, de Torregalindo, Dios Baco, de Baños de Valdearados y la Cantamora, de Peñaranda de Duero, y los colegio de Milagros y de Peñaranda de Duero.