Berrea humana

Palencia

No puedo quitarme esa imagen de la cabeza, la de una auténtica “berrea humana”. Fue lo primero que se dibujó en mi cerebro tras escuchar los gritos machistas proferidos por alumnos del Colegio Mayor Elías Ahuja.

Supongo que todas y todos saben exactamente a que me refiero cuando hablo de la berrea. La berrea del ciervo es ese periodo de celo en el que el ciervo macho emite unos sonidos guturales que consiguen un efecto auténticamente atronador en los bosques. Se trata de una auténtica demostración de fuerza ante las hembras.

El gran problema es que no hablamos de ciervos, hablamos de jóvenes universitarios que dieron un espectáculo absolutamente vergonzoso y que pone sobre la mesa, una vez más, un problema que esta sociedad debe enfrentar de cara y con todas las herramientas de las que pueda disponer.

¿Dónde queda la racionalidad que se nos supone a los humanos? ¿Dónde queda el sentido común? ¿Cómo es posible que estemos retrocediendo de una forma tan evidente en un tema de esencial importancia como el de la concepción de las relaciones entre las generaciones más jóvenes?

Me preocupan varias cosas: como por ejemplo que algunas de las jóvenes que estaban al otro lado, y que eran destinatarias de semejantes salvajadas verbales, las justifiquen. No hay justificación posible.

Me preocupa que algunos de los responsables del Colegio Mayor reconozcan que ya tenían conocimiento de estas prácticas, no este año sino en anteriores cursos. Y sabiéndolo me puede explicar alguien ¿hacia dónde miraban y por qué no tomaron cartas en el asunto mucho antes?

Estamos viviendo un claro retroceso en relación con la percepción de adolescentes y jóvenes en cuanto las relaciones afectivas. Datos de un estudio realizado por el Centro Reina Sofía recoge datos como que un 20% de los adolescentes y jóvenes varones niegan que la violencia de género exista hoy en día, creen que es un “invento ideológico”. Esto supone 1 de cada 5. Muy fuerte ¿no? 1 de cada 5 es una auténtica barbaridad.

Más datos: un 18% de los chicos considera que es normal mirar el móvil de tu pareja y un alto porcentaje, no solo de varones sino también de mujeres, normalizan la presencia de los celos como “prueba de amor”.

Evidentemente aquí no ayudan nada los mensajes lanzados por algunos partidos políticos que niegan la mayor y que nos hacen retroceder a modelos tan peligrosos como obsoletos. No ayudan tampoco programas de televisión en los que las mujeres, y también los hombres, son meros cachos de carne en una especie de enorme escaparate y donde se frivolizan, de forma peligrosísima, las relaciones.

Y si nuestra mejor baza, en este tema, está en la educación, resulta preocupante que sean precisamente alumnos universitarios los que protagonicen un espectáculo como el vivido.

Lo dicho, como el cangrejo, vamos para atrás y en este caso y como suele decirse “no podemos permitirnos pasos atrás ni para coger impulso”.

Por cierto, que me perdonen los ciervos. Que culpa tendrán ellos de nuestra insensatez.