La Mesa y la delegada

Ángel Santiago Ramos

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La opinión de Ángel Santiago Ramos (13/10/2022)
León
Como era previsible está medio fallecida la segunda Mesa Por León. La primera, a finales del pasado siglo, tuvo similar trayectoria y resultado. Ambas comparten el mismo autor intelectual. Ambas carecen de cuerpo y de alma. Quien las promueve busca taponar el vocerío que amenaza su estabilidad política. En ambas, nada es lo que parece, y van muriéndose en la misma medida que lo hace el vocerío de banderas y proclamas.
En esta última, sindicatos y patronal presentes jugaron, despechados, en el mismo bando. Las instituciones, Junta, Diputación y Gobierno, parecían seber de antemano que debían barajar y barajar hasta diluirse. El alcalde social-leonesista alimentaba el vocerío del reino contra el mueble. Los periodistas han estado entretenidos hasta hartar en este trampantojo político que sirve de analgésico frente a la furia. Cuando se apaga la última luz, no queda nada.
Cambiando de escenario, a las Cortes acudió días pasados, con la escopeta cargada, la delegada de la Junta en León, Ester Muñoz. En sede parlamentaria parece acalorarse y pierde las formas. En la Comisión de Presidencia se le fue la lengua y calificó al procurador Francisco Igea de “macarrilla del Parlamento”. Es un tono de barra de bar. Más si ella está ocupando un cargo institucional del gobierno de la Junta.
Más agrias, más feas fueron algunas de sus intervenciones como senadora en la Cámara Alta. La de peor baba, cuando, en la comisión de Justicia, “lamentó que se destinaran 15 millones de euros para desenterrar huesos”. Así mostró sus entrañas para con la noble tarea de encontrar los restos de los fusiladas por el franquismo y enterrados en las fosas comunes de cunetas y montes.
No destiñe con estos asuntos la dialéctica de Ester Muñoz, ahora delegada de Mañueco en nuestra provincia, tras haberle servido antes de asesora en Presidencia. Milita en el PP, pero si escarbas no está lejos de Vox.




