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Mario Simón sobre la compra de Villandrando: "Es una operación de la que debemos sentirnos orgullosos"

El alcalde de Palencia destaca que "conservamos lo nuestro y lo ponemos a disposición de todos los palentinos"

Al fondo, Villandrando en Palencia / Google Maps

Palencia

En declaraciones a Radio Palencia de la Cadena SER, el alcalde de la ciudad Mario Simón pone en valor la próxima compra del emblemático y céntrico edificio de Villandrando por parte el ayuntamiento para destinarlo a instalaciones municipales. Recordemos que, tal y como ha avanzado Diario Palentino, está previsto que el histórico edificio albergue la futura Oficina de Turismo y el área de Hacienda. Según el regidor municipal con la compra por 850.000 euros, tras autorizar el juzgado al administrador concursal a vender los activos al que ha sido el único ofertante, "Se mantendrá la integridad del edificio, su conservación y se pondrá a disposición de todos los palentinos"

Simón llega a afirmar que "es una operación de la que todos debemos sentirnos orgullosos, ya que conservamos lo nuestro como patrimonio de la ciudad que es". A la espera de que concluyan los plazos judiciales para hacerse con las instalaciones, el alcalde destaca que el edificio está en buen estado y que lo que sí que habrá que hacer son obras para adaptarlo a la accesibilidad que requieren los próximos servicios municipales que se prestarán.

El edificio es un interesante ejemplo de Modernismo floral, con elementos neogóticos, neorrománicos y secesionistas

La fachada principal puede considerarse una reinterpretación del gótico veneciano y del Modernismo catalán, que Arroyo había conocido en la Escuela Superior de Barcelona, donde se había formado y titulado en 1899. Consta de tres pisos; el inferior con un soportal formados por cuatro arcos carpaneles sobre cinco columnas de fuste hexagonal, con capiteles decorados con los escudos de los Villandrando en los extremos y alegorías de las tres virtudes teologales en los centrales, de original y movido diseño.

En el segundo piso se sitúan cuatro balcones con antepecho de hierro forjado, rematados en arcos carpaneles enmarcados por pináculos, por encima de los cuales se disponen arcos conopiales, con decoración a base de temas florales. El último piso presenta ventanas geminadas con mainel y pilastras de fuste helicoidal, que rematan en arcos carpaneles con tracería cobijados en alfiz.

Pero sin duda, la parte más original del edificio es la cornisa, decorada con un gran friso cerámico obra de Daniel Zuloaga, que escenifica la donación de la fundadora, que aparece sentada en un baldaquino, en medio de un paisaje con árboles, con dos muchachas acercándose a ella, como símbolo de la protección que quería dispensar a las jóvenes huérfanas. Dos ángeles volanderos despliegan filacterias con caracteres góticos a ambos lados de las escena. Justo debajo de la misma, se sitúa un águila tenante con el escudo familiar de la fundadora, realizado en la misma cerámica polícroma sobre el paramento de ladrillo. Un alero de madera de gran desarrollo culmina el edificio, a la vez que sirve de protección al friso. Se accede al interior del edificio por una original y sencilla portada de medio punto que aúna formas típicamente góticas (alfiz quebrado, follajes decorativos) con otros más propios del repertorio modernista, como el esgrafiado que recubre el muro o los relieves con figuras femeninas recostadas sobre un fondo de ramajes que forman el salmer del arco.

El arquitecto utilizó el contraste de colores entre el friso, el rojo del ladrillo en los muros y el blanco de la piedra en los elementos decorativos para aportar ritmo y viveza a la fachada. El interior del edificio se estructura en torno a un interesante patio con ajimeces de diseño gótico, con tracerías caladas sostenidas por columnas de delgado fuste. El segundo piso lo forman ventanas cuadradas enmarcadas por molduras sostenidas por ménsulas muy decoradas.

En 2007 el edificio fue restaurado, respetando los elementos originales. (Fuente datos históricos Wikipedia)