¿Qué deben hacer Aranda y la Ribera para no perder miles de habitantes en las próximas décadas?

Aranda de Duero

Hace varias semanas el Instituto Nacional de Estadística lanzaba su proyección de población en España para los próximos 15 años. En ella, Castilla y León es la gran damnificada: la comunidad lidera la pérdida de habitantes con 98.000 menos, en contra de otras como Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía o Baleares, que ganarán mucha población en todo este periodo. De hecho, el país en 15 años tendrá 4,2 millones de habitantes más -51 millones en total- gracias fundamentalmente a la inmigración.

Pero dentro de esta división de datos provincializados y quedándonos en nuestra comunidad, estos sorprenden. Todas las provincias pierden población a excepción de Ávila -que gana mínimamente- y sobre todo Segovia y Soria. Este jueves, el decano del Colegio de Sociólogos de Castilla y León, Javier Gómez, se ha asomado a La Ventana Edición Ribera para explicar el por qué. "Los hechos objetivos son que la población mayor de 80 años no estará y para muchos pueblos eso significa la extinción, quitando algún hecho puntual. La historia demográfica de España dice que la periferia y las costas crecen y el interior decrece. Tiene que ver con la actividad productiva; la agricultura da menos empleo que los servicios o el turismo. Y por otra parte son zonas aisladas y la vida no genera tanto atractivo para atraer empresas. Eso se puede revertir y en casos puntuales se ha logrado, pero los datos, por decirlo de alguna manera y muy dura, dicen globalmente que sobran pueblos. El sistema que tenemos no da más de sí", lamenta.

"Segovia tiene mucho foco madrileño; hay personas que tienen segundas o primeras residencias allí y trabajan en Madrid. Soria seguramente lo que ocurre es que ya ha cerrado el ciclo. Soria ha sido la pionera de España en vaciamiento y despoblación, y actualmente está en una situación de pleno empleo por la necesidad de mano de obra. Eso hace que sea previsible un incremento poblacional. Valladolid pierde porque tiene un dinamismo a nivel ciudad fuerte, pero no tanto para compensar la pérdida de población rural. Se va convirtiendo más en una ciudad de servicios, pero hay que mirar con detenimiento ese comportamiento desigual", define.

¿Qué proyecto de futuro deben desarrollar entonces Aranda y la Ribera?

Ante esta realidad, preguntamos a Gómez por nuestro territorio, que en el fondo, es una isla entre tanto agua: tiene mucho peso el sector industrial, también el agroalimentario o sector servicios, y la natalidad está por encima de la media de Burgos y Miranda de Ebro. Pero, ¿qué proyecto debe llevar a cabo? ¿Debe acercarse a Madrid para tener el mismo efecto favorable que Segovia? ¿Debe luchar activamente por recuperar el tren? Para el decano no hay dudas.

"Hay que separar Aranda de la Ribera. Aranda tiene un desarrollo vinculado a las comunicaciones. Ha habido problemas en temas severos como la línea de tren, porque ha desaparecido nuestra línea histórica, la comunicación entre Soria y Valladolid... Si mejoran las infraestructuras, se mantiene el dinamismo y actividad estando cerca de Madrid, Aranda sigue estando en una buena posición, porque además tiene una posición equilibrada con distintos sectores", defiende. "Creo que no peligra, pero los economistas hablan de diversificar sectores. Y hay que hacer más atractiva la ciudad para que la población se estabilice. Hay demasiada gente que trabaja en hospital o institutos pero no arraiga. Y tiene que convertirse en una ciudad más atractiva. Y en cuanto a la Ribera, tiene que diversificar el vino. Ha traído dinero y oportunidades pero las tendencias pueden revertirse con otras denominaciones que hagan competencia. Por eso hay que invertir en otras producciones agrarias y turismo también; no son cosas que no se estén haciendo, por eso estamos en ese sentido en el camino correcto", concluye, en una charla que puede reproducirse en el audio superior.